— ¡No te estábamos espiando! — dijo Danny indignado.
— No claro que no, solo pasabais por aquí y os escondisteis…
— Puede ser. — conjeturó Tom serio.
— Te creo. — luego le miré. — En verdad no, pero haré como que lo hago porque soy una fan y es lo que hacemos.
Entonces se empezaron a reír.
— Bueno, tú y yo tenemos que hablar. No de ídolo a fan, sino de amigo a amiga.
— Tom, — le dije con el corazón en la garganta. — lo que acabas de decir va a provocar que me muera. Si tuviera un amigo como tú… Nunca he tenido un mejor amigo como me gustaría que fueras. Pero no quiero perderte como ídolo.
— ¿Y porqué iba a cambiar?
— Porque aquel que es famoso y toca en un grupo y es muy guapo y encima con un corazón enorme es un ídolo. Si supieras cosas de mi vida, ya no serias mi ídolo.
— Podemos probar…— murmuró al aire.
Los demás se había ido para adelante y Ortcher había vuelto a la clase.
— Y ¿esto lo sabe tu novia? —reí— ¿Y tus compañeros de banda que te han dejado solo con una fan?
—Dejemos a mi novia a parte. Y a los demás… no sé porque me extraña que no esperaran. Bueno, podemos hablar. — volvió a repetir.
— Y ¿por qué? — le pregunté ahora empezando a andar.
— Porque no solo sales ganando tú.
Mi cara fue de póker.
— No acabo de entender inglés del todo bien, así que habla más lento, Tom.
— He dicho, que yo también gano en hablar contigo.
— ¿A sí? — me paré y me apoyé en la pared. — Cuidado, hay una ventana— le avisé.
Él pasó rápido y luego siguió caminando a mi pasó. Yo corrí un momento y me puse a su paso.
— Bueno, cueste de creer o no, Giovanna a parte de mi novia es mi mejor amiga, pero no es lo mismo. Perdí a algunos amigos cuando empecé con el grupo. Y siempre he querido recuperar lo que es una amistad sin querer nada a cambio.
— Y yo no quiero nada a cambio…— murmuré sarcásticamente.
— No, sino ya hubieras hecho un movimiento o algo. No sé, pero creo en ti.
— No sé, yo tengo 18 años y tu 26
— 25 y un poco más— me interrumpió. — no me pongas más, que me deprimo.
— Que hombre este… Lo que digo que es muy raro, Tom. Me cuesta mirar en ti de otra forma.
— Joder, si que eres complicada.
— Ala… Tom Fletcher acaba de decir un taco…— y luego nos reímos como dos personas normales.
Llegamos a una puerta donde se escuchaba algunos acordes y algún platillo y Tom la abrió.
— ¿entras?
Miré un poco por encima de su hombro y toda fan de McFly me hubiese matado estando en mí posición y soltar:
— No… tengo que volver a las clases.
— Bueno, independientemente de lo que elijas, tenemos que hablar de algunos temas que nos incuben a los dos... Y a la banda.
— Sí, han quedado algunos capítulos por ahí sueltos sin ton ni son y no se entienden…
— Sí… bueno, voy a ir entrando.
— Vale, — susurré…— Ya tengo bastante con perder a un ídolo. No quiero convertir en amigos a otros tres más.
— Ya cambiarás de idea, ya…
Cerró la puerta y yo me encaminé hacia la nueva clase.
— Tú y Tom Fletcher… murmuró Ortcher.
— Sí, eso…— dijo Johnson.
— Sí…eso…— añadió Chris.
— ¿A que viene ahora el último comentario? — me reí.
—Bueno, algo tendría que decir, ¿no?
Solté una carcajada y ella me tiró un poco de agua sin querer. Montamos un escandalo digno de admirar.
— En fin, mi vida ha pasado estos días como flashes. Me he desmayado, me han espiado…
— Ya… La verdad que no tengo ganas de que esto acabe y tener que volver a Barcelona. — rezongó Ester con morros.
— A ti no te importa… tu quieres volver. — dije digna. — Tú tienes tu universidad, tienes todo pagado, tienes nuestro piso.
— eso, nuestro. — me interrumpió.
— No sé... yo creo que no es eso lo que quiero. Podría salir de aquí y conseguir por Londres algo. En vez de seguir el plan y coger un vuelo a Barcelona, no cogerlo.
— Y entonces yo tendría que dar explicaciones, ¿no? — se mosqueó Ortcher.
— Eso ya son cosas mías... — le respondí levantándome del muro. — tengo el culo cuadrado.
— Sólo tu sabes cambiar de tema tan rápido y de manera que nos e note. — dijo Chris.
—Y ¿cómo que tú me conoces tanto? — la miré.
— No sé, parece... es como si te conociera...
— A lo mejor os han borrado la memoria y ya os conocíais. — dijo seria Johnson.
— Joder, tía, ¿de donde sacas lo que te metes? — me reí a carcajadas después.
Tras esa charla, el día pasó con normalidad. Encontré una nota en inglés con una letra muy rara y que no se entendía.
— Por dios, que mala caligrafía...
— es porque esta hecha en una servilleta.
— ¿Y tú como sabes eso? — le pregunté a... ¡Dougie! — ¡Oh por dios! ¡Dougie!
— Así me llamaron. — dijo en un inglés que me costaba entender. —yo conozco esa letra.
— ¿de verdad? — me sorprendí. Luego me entró la vergüenza. — espera... No puedo hablar contigo.
— ¿porqué? — cuestionó ahora serio. — ¿Es una norma estúpida de éste estúpido concurso? — ironizó.
— Oye, no es por nada, pero éste estúpido concurso me ha dado una gran opción o ayuda o como lo quieras decir y porque... Bueno, tú tienes tu opinión, yo tengo la mía y porque seas mi ídolo no tengo que aceptar todo lo que digas o hagas.
— No entiendo porque te has puesto tan al a defensiva.
— ¿Perdón?— dije confundida.
— Joder... ¡cómo eres! — y empezó a caminar. — sólo quería conocerte. Tom me habló de ti.
— ¡Espera! — le cogí del brazo tatuado. — oh... lo siento... no quería... Es decir... — se volvió a girar— a ver... ¡Dougie no te he entendido! ¡No soy un crack del inglés! ¡Sólo sé lo suficiente para entablar una conversación!
Se giró, parecía... extraño.
— Pues dime tú que tipo de inglés conoces que ni siquiera puedo hablar contigo. No sé como lo consigue él. — me miró y luego dijo: — Es de Tom. Pone que te reúnas... — miró a los demás— donde el otro día.
Entonces él se marchó y la gente que había seguido la conversación empezó a cotillear y murmurar.
Una se adelantó y me dijo:
— ¿conoces a Dougie? ¿Y a Tom? ¿Eres una novia o un ligue o algo?
— No conozco a ninguno de los dos. — mentí... o bueno, no lo sé lo que hice.
— ¿Entonces esto? — susurró una voz que verdaderamente odiaba.
— Hola, Cami. Cuánto tiempo sin vernos.
Me encaminé a la puerta y ella estiró de mi brazo.
— ¿No nos vas a decir que tienes entre manos? ¿Te estas tirando a alguno de ellos? Porque he de recordarte que Tom tiene novia fija y que los otros van por el mismo camino.
— Cami, lo que tu hagas me da igual, no me compares contigo. — me molesté. Me estaba calentando.
Giré, de nuevo y cogí el pomo y cuando abría puerta, me encontré a Dougie.
Ellos no lo veían porque la puerta estaba como metida para dentro de la pared, y había una especia de pared entre el comedor y la puerta de salida.
Sus labios se movieron lentos, pausados y murmuró un: no digas que estoy aquí.
— ¿No sales? — preguntó en un tono bastante elocuente... bueno, ésa no seria la palabra exacta para describir su tono. Y encima había hablado en inglés la mayor parte para que todo el mundo entendiera la conversación. — ¿Estas pensando como hacer algo de lo que te puedas arrepentir?
Miraba a Dougie a los ojos directamente. Era extraño, porque él era una persona que pensaba que nunca miraría a los dos. No entendí porque no se iba o hacia algún movimiento. Sus ojos azules... grises... no sabia de que color eran, pero eran... precioso.
— Ya lo hice una vez, no hagas que vuelva a pegarte. — amenacé.
Escuché pasos y entonces me largué, empujando a Dougie hacia afuera.
— ¿Os gusta espiar o te entró un tirón en la pierna? — pregunté molesta.
— Joder, ¿tienes la regla o algo? — preguntó rascándose detrás de la cabeza.
— Dios, — maldije y me fui.
— ¡Es ella! — gritó alguien. Y entonces, unas verjas que daban a fuera del recinto se abrieron, y una frase como una bofetada estalló en mi cara. — ¡Ella es la que conoce a los McGuys! ¡Ella nos dirá todo!
Vi como un grupo de... groupies empezaba a correr en mi dirección y yo... también corrí. Hui de esa situación como cualquiera en su sano juicio y que no quería ser famoso haría. Empecé a correr y a llorar, temiendo donde me había metido.
Me escondí detrás de un muro y empecé a hiperventilar.
— ¡Es ella! — gritó una desde lejos. — ¡Cami nos lo dijo! ¡Dijo que la conocían de antes y que la habían enchufado!
Solté un jadeo y un hipido. Mis lágrimas no paraban de caer. Mi vida de había complicado de una manera muy extraña. Yo había entrado para cantar y tocar, no para convertirme en una espía o amiga de McFly. Cogí la servilleta de supuestamente Tom. Me tapé la boca con una mano y respiré hondo.
Quizás lo mejor sería hablar con él y decirle que yo podía pasar eso. Que lo lógico sería que ellos pasaran de nosotras. Amables hasta cierto punto, que yo no era especial. Una mano me tapó la boca cuando me quité la mía y otra me cogió de la cintura. Entré en un cobertizo y entonces una luz me cegué-.
— ¡Joder es que no me vais a decir tranquila! ¡No conozco a nadie de McFly más que lo que todo el mundo sabe! — lloré, porque no podía aguantar el tipo. Me sequé las lágrimas y les amenacé. — Como no me dejéis os juro que iré casa por casa y no dormiréis durante años de lo que os haré.
— Joder... encima que te hemos salvado... — murmuró molesta una voz.
— ¿qué coño hacéis aquí? ¿Ortcher? ¿Chicas? — ellas salieron de la luz.
Me abrazaron y tosí sin querer en su hombro.
— ¡Mis virus! — me reí. Luego hubo un silencio incómodo. Pero de esos incomodos, incomodos.
— ¿Tom? — pregunté. — ¿qué haces aquí?
— Bueno, Dougie me avisó de los problemas que te habíamos dado. Y luego cuando la vaya se rompió y las fans entraron...
— Bueno, fans... yo diría groupies agrupadas para acabar conmigo.
— Es decir, GGAC— dijo Ortcher. — Sí, luego puedes cambiar el contigo, con con ellos o conmigo...
— Creo que debemos solucionar un par de cosas...
— Sí, — contesté a Tom. — Y no volver a hablarnos sino se trata del concurso de fan-ídolo.
AVISO
Ésta historia también esta en formato .metroblog.com
http://causeweallfalldown.metroblog.com/
http://causeweallfalldown.metroblog.com/
Podeis encontrarla también en fanfiction
http://www.fanfiction.net/s/8882033/1/Cause-we-all-fall-down
Datos personales

- MsNathie
- Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.