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Ésta historia también esta en formato .metroblog.com

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Podeis encontrarla también en fanfiction

http://www.fanfiction.net/s/8882033/1/Cause-we-all-fall-down

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Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.

domingo, 23 de octubre de 2011

Capítulo 12

Bueno, no soy muy aficionada a escribir nada antes de los capítulos, porque como yo también leo historias, a veces paso de lo que dicen... Pero bueno, quería decir que, muchas gracias para las dos personas que leen mi historia, aunque nunca hayan comentado. Muchas gracias a la gente que me da algun indicio de su opinión con la pequeña votación al final de cada capítulo y que... Bueno, muchas gracias por todo. Sé que apenas gente lee el fic y que la poca gente que lo hace directamente leerá el capítulo y cerrará la ventana pero... Si eres una de las pocas personas que lo ha leído, gracias, a tí también.

Bueno…. Y aquí me veis, hablándole delante del espejo de uno de los estudios que nos dejan para las horas libres.

— Vamos manitas. — sí y encima en inglés, pero como veo que hablaré mucho en inglés os lo pongo directamente en nuestra lengua, ¿qué os parece? Y yo voy avisando…— Manita, quiero decir, no te pongas celosa, tonta. — le murmuró a mi otra manita mientras le hago carantoñas. — Puedes hacerlo, ¿vale? Sabes que es lo nuestro. Tú lo sabes…

Fui de nuevo al asiento pero… me caí.

— estúpido sillín con ganas de juerga. — me suavicé el trasero ya que estaba un poco plano tras el culetazo. — La verdad que mira que es bonita esta batería… — dije mientras la acariciaba.

El estudio tenía su encanto. Parecía una sala de ballet, fíjate tú. Con espejos y así puedes verte mientras tocas –que no estaba muy lejos y se veían perfectamente o estaban graduados para verte más- con guitarras acústicas, bajos acústicos… cajas… increíble…

En fin, me quité la venda con cuidado e intenté mover los dedos.

— Me cago en…. — maldije. — ¡¿Por qué?! — grité mientras tiraba una de mis baquetas tan bien decoradas por mí misma que me traje en la maleta. Y la rompí.

— Mierda, lo que me faltaba… sí es que lo que no me pase a mi…— murmuré alto mirando al techo y con las manos en alto.

Fui a mi bolsa y saqué otra baqueta, aunque esta era azul y la pareja de la que había roto era verde. No entera, si no, el refuerzo. Me gustaba llevarlo de colores y con cosas dibujadas…

Intenté pasar la baqueta por los dedos de la mano mala… Y se me cayó.

Y yo me enfadé y empecé a dar patadas al aire. Y a gritar. La cámara estaba insonorizada, al menos eso avisaba en la puerta así que…

Miré al espejo de nuevo y me dije a mi misma:

— Ahora, vas a posar tu culo en el sillín, vas a tocar tan bien que incluso los muertos hablaran y te darán aplausos con sus huesudas manos, ¿Esta claro? — terminé mirando a mi mano.

— Esto es muy infantil. — estaba ya sentada. — Esto no va bien… Ortcher tiene razón, hablarle a la mano no la va a curar…

Me dispuse a comenzar con un ritmo lento. Intenté tocar flojo… pero no era lo mismo. Así que, haciendo caso omiso al dolor de mi mano, empecé a aporrear la batería.

Sí…. Como amaba ese sonido.

Me estaba marcando un solo que incluso me levanté y empecé a dar vueltas sobre mi misma mientras seguía con el ritmo. Incluso empecé a cantar.

— I love Soca! — batería— ¡Me gusta Soca! —batería I love Soca— batería— ¡Me gusta Soca!

Y entonces, no pude reprimirme y me salió mi vena Danny. Empecé a mover la cabeza como él, como yo siempre hacia. Nunca me había dado cuenta de que hacia lo que él, que hablaba como él, que me movía como él, que, incluso, tocaba como él.

Como soy lista y me conozco, quité el PAUSE del reproductor que había en ele estudio con una de mis grabaciones tocando la batería y tocamos las dos “YO’s” la misma canción. Ese solo me salió solo una vez y desde ese momento no he vuelto a hacer otra cosa que tocarlo y tocarlo. Mi mano empezó a hincharse y cada vez me resultaba más y más difícil seguir con el ritmo hasta que al final, tras muchas caras de dolor me tiré al suelo, justo en frente del espejo y empecé a llorar. Sí, a llorar. Y a sujetarme la mano. Y de pronto, unos brazos me levantaron.

Me limpié con medio brazo las lágrimas y… Adivinad a quien me encontré.

— ¿Tom? — pregunté desconcertada. — ¿Por qué esto me parece tan irreal como que yo sea la protagonista de una película?

— ¿Tú eres tonta… O aprendiste de alguien? — me regañó. — Porque de naturaleza es imposible lo tuyo. ¡Harry! — llamó.

Os digo en serio, bueno, esto es raro porque se lo estoy escribiendo a un diario, como ya dije pero… En serio, entendí todo lo que soltó después. Muchos s*** y f*** y demás cosas que incluso me asombré de saberlas hasta en mi propio idioma.

— ¿Tú no sabes que siendo un artista no te puedes forzar? — se quejó Tom. — ¡¡¡HARRY!!!

Me estaba asustando.

De repente, el batería y hombre que sabe despertar a las fieras de buena mañana (véase a las once pe eme) apareció abriendo la puerta a lo película de Hollywood.

— Deberíamos a ver entrado antes…

— ¿qué me estabas… ¡viendo!? — grité ése viendo.

— Hija, eso no es un espejo, bueno sí, pero es un espejo donde detrás está el estudio en sí. — me explicó Danny.

— ¿Pero tú que haces aquí? ¡¿Quieres que me desmaye?! — le grité

— creo que todavía se acuerda del incidente.

— Pues claro, — le recordé a Tom. — Fue la semana pasada, hijo.

Rieron y entonces, ya me llevaron a dentro del estudio ese detrás del espejo.

— Así que —dije yo cuando me tendieron el hielo. — ¿habéis visto mi concierto?

— Sí. Y la verdad, nos ha encantado pe…

—.. ro— interrumpió Harry. — No deberías a ver ni siquiera intentado tocar. ¡Los baterías sabemos que si no nos cuidamos se nos jode para siempre! ¡Y vas tú, y tocas con la mano!

Y señaló teatralmente y tapándose la cara serio.

— Hombre, con el pie no pensaba tocar… Harry. — me reí.

Todos rieron menos Harry.

— En serio, siento romper la magia o como se diga pero… Que soy una fan. No vuestra amiga, ni nada de nada. Sigo estando aquí porque pagué para estar en vuestra web y gané un concurso.

— Ya lo sabemos, pero es que aquella noche nos saltamos también nuestras reglas y confraternizamos con el enemigo. — digo Tom.

— Bueno, y que yo buscaba a estos muermos. — apuntó Danny, afirmando con la cabeza.

Yo los miraba y miraba y los volvía a mirar. Los miraba y no había manera de verlos de diferente manera. Eran mis ídolos, mis famosos y guapos ídolos y no había manera de verlos de otra manera.

— ¿Tengo un moco? — dijo Danny mientras se ponía a pocos centímetros de mí.

Salté del sofá para atrás y me golpeé la cabeza con el sillón. No dije nada, pero daño, me hice.

— No…— le respondí ya mas tranquila. — Una cosa, Danny. Si quieres ver si tienes mocos, mírate en un espejo y no te me pongas en frente de mí. Y la segunda, que también tiene que ver con la primera, no te me pongas tan cerca, que si no me dará algo… ¡Eres mi ídolo! ¡Parece que no lo entiendas!

— Pobrecita…— dijo mientras me abrazaba y me daba golpes en la cabeza y hacia ruiditos para bebes. — todavía no le ha llegado la sangre al cerebro.

Me empecé a reír y luego me quedé quieta.

— Que alguien me diga si Danny me está abrazando…

Entonces se me escapó una pequeñita lágrima…

— Ay…— me quejé, Danny se separó y me aguantó por los hombros…— que me va a salir la vena
groupie…

Y entonces, llegó él.

Fue como si estuviera viendo un video de SuperCity. Entró asomando su cabeza y preguntó:

— ¿Dónde está…? Ah, estas ahí To…— y ahí se calló. Era tan mono.

— ¿qué pasa Doug? — preguntó Harry cogiendo el hielo del suelo… ¿se me había caído? Y… no sé lo que hice porque me perdí. —… y es tonta y empezó a llorar y esa es la historia.

— ¿qué? — moví la cabeza levemente para volver a la Tierra. — ¿Qué me he perdido?

— Pues no sé, — dijo Tom. — pero estas más ahí que aquí. — e hizo un movimiento extraño refiriéndose a otra realidad paralela.

— Bueno, nosotros nos tenemos que ir, pero esperamos verte pronto por ahí. — dijo Harry siendo amable. Supongo que se lo decía a todos sus fans del concurso. — Y cuida esa mano, ¡eh!

— Sí, sí. — le contesté levantándola. — adiós….

Se fueron y yo me levanté. Empecé a andar por el estudio. Miré el teclado y moví algunas cosas.

— ¡eh! — murmuró alguien a mis espaldas y di un salto. — te veo esta noche arriba del todo.

Yo me quedé muerta, ya que nunca un famoso me había dicho eso.



Pasé la tarde en otro mundo y los volví a encontrar mientras grababan una entrevista para SuperCity y les preguntaba si mejor subirlo después de acabar o que los fans también puedan opinar durante el concurso e ir subiendo partes.

En un momento la persona que me había dicho aquello unas horas antes me miró y me sonrió, luego me giré para ver si había alguien y no había nadie. Cuando volví a girar la cabeza nadie me miraba.


Era de noche y había averiguado que, “allí arriba” también se le llama terraza. Así que, estaba yendo hacia allí. Pero antes, Había ido a por un vaso de agua. Encendí algunas luces para saber por dónde iba cuando noté a alguien detrás de mí.

— Qué coño… ¡Joder, qué susto, Peterson!

— Estas muy guapa, ¿no? — su aliento olía a alcohol a cantidad.

— ¿estas borracho? — no debería haber preguntado por qué su apestoso aliento se encerró en mi boca cuando me besó bruscamente. Era evidente, joder — ¡Estate quieto! — le espeté con sus labios sobre los míos.

Llevaba un pantalón corto como pijama y una camiseta de esas que te viene bastante grande.
Aunque aquí, no dormiría sin sujetador. No me fiaba de nadie. Así que debajo llevaba un top.

Me quitó la camiseta de tal manera que no me di cuenta.

— ¡Para ya! — le grité apartándole cuando vi lo que realmente intentaba. — ¡Por dios! ¿Desde cuándo tu estas borracho? ¿De dónde lo has sacado?

— ¡¿Tú también vas a rechazarme?! — me gritó mientras me cogía en brazos y pasaba mis piernas por su cintura con brusquedad.

— ¡No grites! — le chillé bajo. — ¿Se puede saber de qué me hablas? — me empujó contra la pared y me dejó sin aire, provocándome que expulsara todo el aire que tenia de golpe. — Te lo advierto, tú no quieres hacer esto.

— ¿Por qué os empeñáis en que sabéis lo que quiero? ¿No he tenido suficiente en que mi novia me dejara plantado con el anillo de compromiso en la caja? ¿No es suficiente que Johnson me diga que no? ¿Ahora tú también te vas a hacer la estrecha?

— No es mi culpa que tu prometida se diera cuenta de quien realmente eres y que Johnson no este enamorada de ti. Hay más hombres en el mundo que tú. — me molesté. Había bajado sus manos, pero seguía teniéndome prisionera y notaba cierta parte demasiado dura de él.
— venga, ¿tú también estas enamorada de algún gilipollas como Thomson o alguno del grupo de McFly? — empezó a morderme los labios y a babearme el cuello.

— Te he dicho que me dejaras y tú sigues…— le pegué una patada en sus partes y ahora fue él quien se quedó sin aliento.

— ¡Puta!

— Engendro de ramera, lo serás tú. — le espeté. Me golpeó y me rajó el pantalón. Quedándome en ropa interior. Y entonces pasó. Me tocó lo que nunca debería de haberme tocado.

Empecé a gritar y a pensar que esto debía de ser una cruel broma del destino. Era imposible que eso me estuviera pasando a mí.

Intenté dar patadas (algunas las esquivó y otras funcionaron y di en el clavo.) conseguí que me soltara pero me agarró de la cara y me estampó contra el sofá. No soy una blandengue, pero contra un tío musculoso, ¿qué queréis que hiciera? Se tiró encima de mí y empezó a “acariciarme” violentamente mi cuerpo. Y entonces le vi. Aquella silueta.

Y creí que pensaría mal, que se iría y sería otra persona que cree lo que no es de mí.

Pero no.

Él vino.

— Ha dicho que la sueltes. — su voz era un murmullo apenas entendible.

— Oh, joder…— antes de nada me besó y me introdujo la lengua hasta la campanilla, sin exagerar, mientras rebuscaba algo en mi “interior”.

Yo intenté zafarme de sus brazos que aprisionaban mis manos y le di un rodillazo en sus partes.

Otra vez.

Calló aovillado y entonces… pasó lo peor.

— ¿Dougie? — dijo su amigo y compañero de banda. — ¿qué…

Y éste si creyó lo que todos creía. Lo que Cami había dicho que yo vendría a hacer. A tirarme a un famoso.

Doug me había abrazado antes de que cayera al suelo y los dos estábamos en el piso, abrazados, con la cabeza muy junta, tanto que nuestras frentes se tocaron.

— ¿qué pasa Har…

Tom entró y encendió la luz.

Y todo se volvió un jaleo del que yo desconecté desmayándome.

Otra vez.

domingo, 16 de octubre de 2011

Capítulo 11

— Natt… ¿harías un favor por mí? — me dijo mientras todavía tenía mi mano cogida.

— Claro… ¿qué quieres? — le pregunté.

— Sé que no puedes tocar la batería… Pero la guitarra sí. — afirmó.

— En teoría nada, pero la guitarra… Podré hacer un esfuerzo. — ¿qué tengo que hacer?

Ella me miró con la pregunta en los ojos.

— Sé que no puedes competir, y lo siento mucho por eso, pero ayudar sí que puedes no…

— Bueno las palabras fueron claras: “Así que, te dejamos quedarte aquí, y ampliar ése talento y demostrar que tienes, pero no podrás optar al concurso. Podrás hospedarte, seguir con la experiencia, hacer todas las actividades, pero no podrás grabar ninguna canción. Ninguna canción que salga al mercado.” — cité. — así que sí puedo ayudarte.

— Me gustaría tocar, porque yo no sé mucho cantar…— el amigo de Johnson estaba un poco nervioso. — Yo tocaría el piano, y quizás con tu voz… No quedaría tan mal… Sé que te gusta Glee, te he escuchado muchas veces cantar sus versiones… Querría hacer la canción Faithfully. Hay una parte que se toca con una guitarra… y la batería… bueno, lo podrías solucionar.

— ¡claro que quiero! ¡Por dios, tocar y cantar! ¡Mi pasión!


Thomson, el amigo ingles de Johnson. Al cabo de unos días, había llegado la actuación y tras ensayar y tomarme muchas molestias con la mano… conseguí moverla lo suficiente para poder tocar mi guitarra. Bueno, en realidad no era mí. Yo no tenía guitarra eléctrica. Me dejaron una.

Cuando lo llamaron, todos se quedaron muertos cuando salí con él. Incluso McFly, que al final dijeron que quería tomar parte en el concurso y hospedarse allí para seguir de primera mano todo, susurraron cosas extrañados.

Él empezó a tocar con el piano y Johnson también vino a hacer algunos coros.

Era tan bonito. Empezó a cantar con esa voz de chico tan potente y dulce a la vez… quizás había gente que no le gustaba… Pero a mí me encantaba su voz. Yo me preparé y agarré bien mi púa “de la suerte”. Y toqué la primera cuerda. Y canté.

No voy a negar que al principio me salió uno que otro gallo. Estaba muy nerviosa.

Luego, me repetí lo que Thomson (el amigo de Johnson) me dijo: Cierra los ojos y piensa que solo esta una persona importante para ti. En mis ojos se notaba que estaba nerviosa, no sabía a donde mirar. Luego… le hice caso.

Pensé en Ortcher.

Ella era la persona importante para mí. La miré a los ojos, pero me evitó la mirada y miró a Johson. Perdí la voz en un agudo y casi… pero casi, casi, me resbala una lágrima por mis mejillas ahora pálidas. Johnson me miró extrañado mientras se acercaba al micrófono para cantar. Entonces me perdí en su mirada. En sus ojos. Es seguro que la gente se dio cuenta.

Es seguro.

Yo pensé que solo estábamos él y yo. Así que me giré a mirarle a él y me empecé a reír.

En silencio. Y ocurrió.

— Faithfully…— susurramos los dos.
Seguí tocando la guitarra mientras la batería hacia lo suyo y luego seguí cantando.

El bajo acompañaba mi voz y luego toqué un poco más algunas cuerdas. Agarré el micrófono mirándolo mientras no tocaba. Y luego seguí tocando algunos solos. Algun punteado.

— Oh girl you stand by me— me cantó.


— I'm forever yours...faithfully— susurramos.

Entonces la guitarra y él solo hicieron un poco de lo suyo, flojo, dulce… bonito.
Y él y yo nos volvimos a mirar. Compenetrados.

Ortcher me miró en el instante en que parpadeé y miré al público. Me miraba extasiada, como cada vez que le cantaba alguna balada, susurrando, y Jonson se unió a los coros.

Yo intenté no desafinar en mi “grito”

Él me miró mientras seguía tocando el piano y una gota culminaba su frente en un signo de esfuerzo. En uno de los gritos, la gente se asombró. Era verdad que yo me parecía a Danny. Y lo hacía sin querer. Cuando cantaba tenía los mismos gestos y supongo que en los gritos tuve que hacer lo mismo que él ya que la gente empezó a susurrar. Mi madre me decía que me parecía a Bruce, ya que Danny era como el “doble” de él. Mi padre lo había escuchado, pero yo no era una fan, fan, de él. Sí que es verdad, que lo admiro y que disfruto escuchando su música pero… No era de esas fans que porque le guste una cosa a tu ídolo, a ti también te tiene que gustar.


Y seguí cantando con los ojos cerrados. No había mirado al público en ningún momento.

Salvo a Ortcher.

Y en el ultimo…

— fatifully….— yo le miré a él y terminó de tocar.


Nos quedamos en silencio y luego sin ton ni son, saltó del asiento y me abrazó. Yo me quedé quieta. No sabia que pasaba y luego, poco a poco... Le correspondí. La gente empezó a aplaudir y Jonson, el bateria y el bajo vinieron a abrazarnos.

Salió una carcajada de mi boca tan fuerte que la gente me acompañó y todo el mundo se empezó a reir.

Nos dimos las manos y Tomson me pasó el brazo por los hombros y me acercó a su pecho mientras reía.

Me besó en la frente y sin separar los labios de mi piel, me susurró un <> Yo me separé y le di en el brazo. Luego saludamos y fuimos a dejar los instrumentos. Los que habíamos tocado claro. El bajo, que luego recordé que se llamaba Deith, (nombre raro, sí) me dio la enhorabuena.

— Nunca había visto una compenetración entre dos personas sobre un escenario como la vuestra. ¿Seguro que no os conocíais de antes? — me volvió a preguntar.

— ¡Que va! — Es el amigo de Thomson. — Y creo que a ella le gusta un poco. — Nos conocimos el primer día, pero así de hablar y tocar… solo los días que hemos estado hablando.

— Es increíble…— volvió a susurrar. — ¿te pasa con alguien más?

— Mmm… Con Ortcher me gusta cantar. Aunque a ella no le guste mucho… Con Jonson también me pasa. Pero tanto como él… no tengo ni la menor idea de lo que ha pasado ahí arriba. — miré el escenario mientras se preparaban otras personas.

— ¿Haveis visto a Ortcher? — pregunté.

Ellos me miraron a los ojos y negaron con la cabeza.

— Me duele pensar que la hablé así. Nunca había cometido tantas estupideces en un segundo.

Nadie habó y yo me senté en un ampli enorme que había por ahí. Algunas peronas entraban y otras salían y nos quedamos en silencio un momento.

— Puede que haya una conexión…— soltó Deith de repente.
Thomson rió y se despidió con la mano mientras se iba con Johnson

— Puede… Pero si te estas refiriendo a ésa conexión… No. He pasado mucho por eso y soy demasiado enamoradiza como para hacerte caso. Además, si te digo la verdad, odio a los hombres. — reí. — además, — seguí. — ¿has visto a estos dos?

Rió y se giró a mirarme intensamente.

— ¿eres… ya sabes… te gustan las…— dejó sin terminar la pregunta mientras desenchufaba el bajo. Que guapo era… Era azul, así que, ya sabéis porque me gusta… Mi color favorito.

— ¡No! ¡Por dios! — me carcajeé. — Tan solo que he pasado por situaciones algo tensas con chicos… y… Ya sabes… Lo más lejos posibles. Amigos todos los que quieras… Ahora… Ni se te ocurra decirme que me quieres…

— ¿Y… sería demasiado privado escuchar una historia de esas? — Me preguntó mientras se sentaba en un gran amplificador como yo y le pasaba un trapo a otro bajo. Yo seguí con la guitarra y no me había dado cuenta que seguía tocando cuerdas al azar.

— Sí. Demasiado privado. — le miré. — Aunque creo que tú y yo vamos a vernos mucho. Me ha encantado tu manera de tocar el bajo.

— ¿A qué he estado como un dios? — hizo un gesto de “soy el mejor”

—Sí, sí…. — aseguré yo riéndome. — Me ha encantado. cReo que si formo una banda, te llamaré algún día… Por si quieres entradas y eso…— Se carcajeó de mí y me hizo un gesto obsceno. Yo se lo devolví con la mano buena. — Bueno, te lo resumo. Yo he sido una persona insegura toda mi vida. Durante la adolescencia sobre todo. Una vez, un chico me dijo de salir. Y yo le dije que vale, qué donde nos veríamos.

— No…

Y yo le dije:

— Sí… lo que oyes. — todo esto lo estaba diciendo en inglés. El bajista morenito hablaba otro idioma y en inglés nos entendíamos. — Total, que después de aclararme que lo que quería era salir tipo en cita yo no me negué. Tonta de mí. — negué. — se aprovechó de mi ingenuidad. Me dijo que lo pasaríamos bien. Y luego me soltó que me quería. Luego resultó de ser una farsa. Tras bajarme la falda. Sí. — le interrumpí antes de que hablara. — Yo era de las que llevaban falda. Ahora no me veras con vestido nunca. En fin… Me hicieron una foto. Y me negué a salir con más chicos. Ni a escuchar palabras bonitas de su boca hacia mí. No es por nada… pero… No sé, ahora no me creo nada. Sigo siendo la mierda de niña insegura que era antes… Pero… me he vuelto más fuerte. Y sigo sin reconocer cuando un chico dice la verdad y cuando no.

— Yo te ayudo. Mírale a los ojos. Es difícil, no es tan fácil como la gente cree. Y… Si llega el momento de hacerlo. Tenemos una edad…— me dijo cuanto iba a reprochar. — Sí él de verdad te quiere, si tú dices que no, no hará nada. Si es solo sexo, te dará puerta.

— Joder, que bien te lo tienes aprendido.

— Bueno, — dijo mientras dejaba el bajo y me daba la mano para retirarme la guitarra. Yo dejé que hiciera y la guardó. — También me han pasado cosas así.

— Creo que las personas más increíbles, lo han pasado mal en algún momento de su vida…

— Yo también creo eso— dijo.

Nos quedamos un momento en silencio.

— Me sabe mal eso de no escuchar a los demás cuando ellos nos han tenido que aguantar pero… ¡qué hijos de p*** ¡ ¡Nos han jodido la infancia!

— Bueno, yo creo que infancia, infancia…— empezó a mover las cejas sugestivamente.

— Imbécil… Yo también creo que las mejores canciones salen del corazón, así que si lo tienes puro… — nos quedamos en silencio— ¿has visto qué mal ha sonado esto?

— Me estoy dando cuenta de lo que te pareces a Danny Jones… — me reí y empecé a girar un anillo que tenía. — ¿No serás hermana secreta o algo…?

— Hombre… Yo creo que mis padres han sido fieles el uno con el otro y mi madre mucho ingles no sabe… así que, contando estas cosas y demás que no vienen al caso, creo que no soy adoptada ni nada por el estilo… Además, dime tú, ¿mis ojos son azules?

— No.

— ¿Tengo pecas?

— Unas cuantas…

— A ver, que no soy inglesa. Yo tengo sangre española…— le di a entender..

— ¡Ah, claro! — exclamó. — el ¡olé!

— Parece que solo sabéis olé… olé, paella y toros, porque lo que es otra cosa…— me quejé.

— Me alegro de haberte conocido. — soltó de golpe.

— Y yo me alegro de que McFly se formara para poder empezar a tocar la guitarra grabarme debajo de la escalera de mi portal con todo el eco y que alguien, por un momento de no lucidez me llamara y me dijera que había ganado para estar aquí, no poder participar y asi poder tocar contigo no contra a ti.

— Bonitas palabras, sí señor. Por McFly, SuperCity o Island Record o como quieras llamarlo. Por quien organizara esto. — hizo como si tuviera una copa en la mano.

— Lo mismo digo. Espera que te echo sal. — hizo como si le echara sal a la mano. Le di un limón invisible y nos tomamos el tequila imaginario.

— ¡Dios que fuerte! — exageró absorbiendo aire.

— Yo ya estoy acostumbrada… bebo alcohol imaginario desde que tengo uso de razón…

— Es decir, desde hace una semana.

— sí, más o menos… — Nos empezamos a reír y…

… Y lo que yo no sabíamos era que habían dos personas escuchando.