— Claro… ¿qué quieres? — le pregunté.
— Sé que no puedes tocar la batería… Pero la guitarra sí. — afirmó.
— En teoría nada, pero la guitarra… Podré hacer un esfuerzo. — ¿qué tengo que hacer?
Ella me miró con la pregunta en los ojos.
— Sé que no puedes competir, y lo siento mucho por eso, pero ayudar sí que puedes no…
— Bueno las palabras fueron claras: “Así que, te dejamos quedarte aquí, y ampliar ése talento y demostrar que tienes, pero no podrás optar al concurso. Podrás hospedarte, seguir con la experiencia, hacer todas las actividades, pero no podrás grabar ninguna canción. Ninguna canción que salga al mercado.” — cité. — así que sí puedo ayudarte.
— Me gustaría tocar, porque yo no sé mucho cantar…— el amigo de Johnson estaba un poco nervioso. — Yo tocaría el piano, y quizás con tu voz… No quedaría tan mal… Sé que te gusta Glee, te he escuchado muchas veces cantar sus versiones… Querría hacer la canción Faithfully. Hay una parte que se toca con una guitarra… y la batería… bueno, lo podrías solucionar.
— ¡claro que quiero! ¡Por dios, tocar y cantar! ¡Mi pasión!
Thomson, el amigo ingles de Johnson. Al cabo de unos días, había llegado la actuación y tras ensayar y tomarme muchas molestias con la mano… conseguí moverla lo suficiente para poder tocar mi guitarra. Bueno, en realidad no era mí. Yo no tenía guitarra eléctrica. Me dejaron una.
Cuando lo llamaron, todos se quedaron muertos cuando salí con él. Incluso McFly, que al final dijeron que quería tomar parte en el concurso y hospedarse allí para seguir de primera mano todo, susurraron cosas extrañados.
Él empezó a tocar con el piano y Johnson también vino a hacer algunos coros.
Era tan bonito. Empezó a cantar con esa voz de chico tan potente y dulce a la vez… quizás había gente que no le gustaba… Pero a mí me encantaba su voz. Yo me preparé y agarré bien mi púa “de la suerte”. Y toqué la primera cuerda. Y canté.
No voy a negar que al principio me salió uno que otro gallo. Estaba muy nerviosa.
Luego, me repetí lo que Thomson (el amigo de Johnson) me dijo: Cierra los ojos y piensa que solo esta una persona importante para ti. En mis ojos se notaba que estaba nerviosa, no sabía a donde mirar. Luego… le hice caso.
Pensé en Ortcher.
Ella era la persona importante para mí. La miré a los ojos, pero me evitó la mirada y miró a Johson. Perdí la voz en un agudo y casi… pero casi, casi, me resbala una lágrima por mis mejillas ahora pálidas. Johnson me miró extrañado mientras se acercaba al micrófono para cantar. Entonces me perdí en su mirada. En sus ojos. Es seguro que la gente se dio cuenta.
Es seguro.
Yo pensé que solo estábamos él y yo. Así que me giré a mirarle a él y me empecé a reír.
En silencio. Y ocurrió.
— Faithfully…— susurramos los dos.
Seguí tocando la guitarra mientras la batería hacia lo suyo y luego seguí cantando.
El bajo acompañaba mi voz y luego toqué un poco más algunas cuerdas. Agarré el micrófono mirándolo mientras no tocaba. Y luego seguí tocando algunos solos. Algun punteado.
— Oh girl you stand by me— me cantó.
— I'm forever yours...faithfully— susurramos.
Entonces la guitarra y él solo hicieron un poco de lo suyo, flojo, dulce… bonito.
Y él y yo nos volvimos a mirar. Compenetrados.
Ortcher me miró en el instante en que parpadeé y miré al público. Me miraba extasiada, como cada vez que le cantaba alguna balada, susurrando, y Jonson se unió a los coros.
Yo intenté no desafinar en mi “grito”
Él me miró mientras seguía tocando el piano y una gota culminaba su frente en un signo de esfuerzo. En uno de los gritos, la gente se asombró. Era verdad que yo me parecía a Danny. Y lo hacía sin querer. Cuando cantaba tenía los mismos gestos y supongo que en los gritos tuve que hacer lo mismo que él ya que la gente empezó a susurrar. Mi madre me decía que me parecía a Bruce, ya que Danny era como el “doble” de él. Mi padre lo había escuchado, pero yo no era una fan, fan, de él. Sí que es verdad, que lo admiro y que disfruto escuchando su música pero… No era de esas fans que porque le guste una cosa a tu ídolo, a ti también te tiene que gustar.
Y seguí cantando con los ojos cerrados. No había mirado al público en ningún momento.
Salvo a Ortcher.
Y en el ultimo…
— fatifully….— yo le miré a él y terminó de tocar.
Nos quedamos en silencio y luego sin ton ni son, saltó del asiento y me abrazó. Yo me quedé quieta. No sabia que pasaba y luego, poco a poco... Le correspondí. La gente empezó a aplaudir y Jonson, el bateria y el bajo vinieron a abrazarnos.
Salió una carcajada de mi boca tan fuerte que la gente me acompañó y todo el mundo se empezó a reir.
Nos dimos las manos y Tomson me pasó el brazo por los hombros y me acercó a su pecho mientras reía.
Me besó en la frente y sin separar los labios de mi piel, me susurró un <
— Nunca había visto una compenetración entre dos personas sobre un escenario como la vuestra. ¿Seguro que no os conocíais de antes? — me volvió a preguntar.
— ¡Que va! — Es el amigo de Thomson. — Y creo que a ella le gusta un poco. — Nos conocimos el primer día, pero así de hablar y tocar… solo los días que hemos estado hablando.
— Es increíble…— volvió a susurrar. — ¿te pasa con alguien más?
— Mmm… Con Ortcher me gusta cantar. Aunque a ella no le guste mucho… Con Jonson también me pasa. Pero tanto como él… no tengo ni la menor idea de lo que ha pasado ahí arriba. — miré el escenario mientras se preparaban otras personas.
— ¿Haveis visto a Ortcher? — pregunté.
Ellos me miraron a los ojos y negaron con la cabeza.
— Me duele pensar que la hablé así. Nunca había cometido tantas estupideces en un segundo.
Nadie habó y yo me senté en un ampli enorme que había por ahí. Algunas peronas entraban y otras salían y nos quedamos en silencio un momento.
— Puede que haya una conexión…— soltó Deith de repente.
Thomson rió y se despidió con la mano mientras se iba con Johnson
— Puede… Pero si te estas refiriendo a ésa conexión… No. He pasado mucho por eso y soy demasiado enamoradiza como para hacerte caso. Además, si te digo la verdad, odio a los hombres. — reí. — además, — seguí. — ¿has visto a estos dos?
Rió y se giró a mirarme intensamente.
— ¿eres… ya sabes… te gustan las…— dejó sin terminar la pregunta mientras desenchufaba el bajo. Que guapo era… Era azul, así que, ya sabéis porque me gusta… Mi color favorito.
— ¡No! ¡Por dios! — me carcajeé. — Tan solo que he pasado por situaciones algo tensas con chicos… y… Ya sabes… Lo más lejos posibles. Amigos todos los que quieras… Ahora… Ni se te ocurra decirme que me quieres…
— ¿Y… sería demasiado privado escuchar una historia de esas? — Me preguntó mientras se sentaba en un gran amplificador como yo y le pasaba un trapo a otro bajo. Yo seguí con la guitarra y no me había dado cuenta que seguía tocando cuerdas al azar.
— Sí. Demasiado privado. — le miré. — Aunque creo que tú y yo vamos a vernos mucho. Me ha encantado tu manera de tocar el bajo.
— ¿A qué he estado como un dios? — hizo un gesto de “soy el mejor”
—Sí, sí…. — aseguré yo riéndome. — Me ha encantado. cReo que si formo una banda, te llamaré algún día… Por si quieres entradas y eso…— Se carcajeó de mí y me hizo un gesto obsceno. Yo se lo devolví con la mano buena. — Bueno, te lo resumo. Yo he sido una persona insegura toda mi vida. Durante la adolescencia sobre todo. Una vez, un chico me dijo de salir. Y yo le dije que vale, qué donde nos veríamos.
— No…
Y yo le dije:
— Sí… lo que oyes. — todo esto lo estaba diciendo en inglés. El bajista morenito hablaba otro idioma y en inglés nos entendíamos. — Total, que después de aclararme que lo que quería era salir tipo en cita yo no me negué. Tonta de mí. — negué. — se aprovechó de mi ingenuidad. Me dijo que lo pasaríamos bien. Y luego me soltó que me quería. Luego resultó de ser una farsa. Tras bajarme la falda. Sí. — le interrumpí antes de que hablara. — Yo era de las que llevaban falda. Ahora no me veras con vestido nunca. En fin… Me hicieron una foto. Y me negué a salir con más chicos. Ni a escuchar palabras bonitas de su boca hacia mí. No es por nada… pero… No sé, ahora no me creo nada. Sigo siendo la mierda de niña insegura que era antes… Pero… me he vuelto más fuerte. Y sigo sin reconocer cuando un chico dice la verdad y cuando no.
— Yo te ayudo. Mírale a los ojos. Es difícil, no es tan fácil como la gente cree. Y… Si llega el momento de hacerlo. Tenemos una edad…— me dijo cuanto iba a reprochar. — Sí él de verdad te quiere, si tú dices que no, no hará nada. Si es solo sexo, te dará puerta.
— Joder, que bien te lo tienes aprendido.
— Bueno, — dijo mientras dejaba el bajo y me daba la mano para retirarme la guitarra. Yo dejé que hiciera y la guardó. — También me han pasado cosas así.
— Creo que las personas más increíbles, lo han pasado mal en algún momento de su vida…
— Yo también creo eso— dijo.
Nos quedamos un momento en silencio.
— Me sabe mal eso de no escuchar a los demás cuando ellos nos han tenido que aguantar pero… ¡qué hijos de p*** ¡ ¡Nos han jodido la infancia!
— Bueno, yo creo que infancia, infancia…— empezó a mover las cejas sugestivamente.
— Imbécil… Yo también creo que las mejores canciones salen del corazón, así que si lo tienes puro… — nos quedamos en silencio— ¿has visto qué mal ha sonado esto?
— Me estoy dando cuenta de lo que te pareces a Danny Jones… — me reí y empecé a girar un anillo que tenía. — ¿No serás hermana secreta o algo…?
— Hombre… Yo creo que mis padres han sido fieles el uno con el otro y mi madre mucho ingles no sabe… así que, contando estas cosas y demás que no vienen al caso, creo que no soy adoptada ni nada por el estilo… Además, dime tú, ¿mis ojos son azules?
— No.
— ¿Tengo pecas?
— Unas cuantas…
— A ver, que no soy inglesa. Yo tengo sangre española…— le di a entender..
— ¡Ah, claro! — exclamó. — el ¡olé!
— Parece que solo sabéis olé… olé, paella y toros, porque lo que es otra cosa…— me quejé.
— Me alegro de haberte conocido. — soltó de golpe.
— Y yo me alegro de que McFly se formara para poder empezar a tocar la guitarra grabarme debajo de la escalera de mi portal con todo el eco y que alguien, por un momento de no lucidez me llamara y me dijera que había ganado para estar aquí, no poder participar y asi poder tocar contigo no contra a ti.
— Bonitas palabras, sí señor. Por McFly, SuperCity o Island Record o como quieras llamarlo. Por quien organizara esto. — hizo como si tuviera una copa en la mano.
— Lo mismo digo. Espera que te echo sal. — hizo como si le echara sal a la mano. Le di un limón invisible y nos tomamos el tequila imaginario.
— ¡Dios que fuerte! — exageró absorbiendo aire.
— Yo ya estoy acostumbrada… bebo alcohol imaginario desde que tengo uso de razón…
— Es decir, desde hace una semana.
— sí, más o menos… — Nos empezamos a reír y…
… Y lo que yo no sabíamos era que habían dos personas escuchando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario