A ésos doce seguidores de los cuales conozco verdaderamente a tres (que son los que me dan su opinión) Os lo agradezco y os lo dedico a vosotras tres :) Ya sabéis quienes sois. ^^ (Ya lo sé, dije que no escribiría la principio del api, pero esto tenía que decirlo.) En fin, lo de siempre. Si os gusta o no, comentáis vía twitter y/o comentario y si queréis que os avise me lo decís y os aviso por Twitter :)
No os gustará el capi, lo sé, Me parecía largo en el word, aquí no lo sé. XD
Si quereis puedo crear en Facebook algo por el estilo a una página o algo para la historia y hablar de ella comentarme qué e slo que quereis que salga y eso. Más interactivo :)
Caminé
enfadada hasta llegar a mi cuarto y cuando lo abrí el enfado se multiplicó.
Y a
la vez se desvaneció.
Ver
a Ortcher con una mascarilla verde y a Chris intentado quintarle algo a Joanna
de la espalda era tan sumamente gracioso que no pude insultar a Harry por estar
en mi cuarto.
— Dios, vuestras pintas son de lo mejor. — me
carcajeé. — Tú. — señalé a Harry. — Mi ídolo. — recalqué. — Puedes irte. Es un
cuarto para concursantes.
— Tom me ha obligado a venir. Nos sabe muy mal
lo que hicimos.
— No me importa lo que digáis. Sois lo que
sois y una disculpa por vuestro comportamiento no va a cambiar como me siento
de... ultrajada.
— ¿ultrajada? — dijo Ortcher. — ¿Has leído un
nuevo libro y vuelves a utilizar palabras raras?
— No. Esta vez es mía. — le hice una mueca y
le saqué la lengua. — Ahora por favor. — volví a ponerme seria y arisca—
Márchate. No me obligues a gritar que Harry JUDD — maticé al final— está aquí.
— Pensaba que eras diferente. Al hablar
contigo... Pero veo que no.
— Ya, yo también pensaba que erais
diferentes... ME hubiese gustado sólo conoceros detrás de unas vayas y no venir
aquí. Resulta que es un error. Aunque tiene sus cosas buenas. Creo que podré
tener un amor de verano decente. Como siempre debió de ser. Sin líos, sin
problemas con amigas. Sólo él y yo.
— ¿qué? — preguntaron todos.
— Deith y yo. — murmuré. Seria. Sin bajar la
cabeza. — Así que ahora, por favor, márchate.
— Espero que seas feliz. Disfruta de tu
juventud. La cosa esta en probar. Y creo que con Doug no podrías hacerlo. — me
extrañó lo que me dijo, pero luego me hizo caso y se marchó sin despedirse.
Tras alguna que otra bronca por parte de
mis queridísimas
amigas nos arreglamos y fuimos a la salida.
La verdad que tenía unas ganas enormes de
ponerme el vestido que llevaba ya que me lo había comprado antes de venir para
la fiesta de bachillerato y me encantaba. Además, me habían dejado unos zapatos
de tacón que por suerte eran de los que me gustaban y no me hacían daño. Altos
y cómodos.
En la puerta, Deith se me acercó y me dio un
leve abrazo.
— Ven... — murmuré tocándole la mejilla. Cerré
los ojos y junté nuestros labios delicadamente.
Era como el chico que yo siempre había
deseado. Salvo que no le quería. Me habría gustado tenerle a mi lado. Y quererle
como se merecía. Una gota cayó de mis ojos y acabó en su boca.
— Me gustaría quererte. Deberás que lo
intento. Pero esta noche te querré. — abrí sus ojos y me miraban intensamente.
— Sólo te pido una oportunidad.
— Y la tendrás.
Me giré y me agarré a sus hombros, apoyando mi cabeza en ellos. ¡En uno
de ellos, que no tengo dos cabezas, eh!
— Por cierto. Mi nombre real es Nathan David.
Pero para mezclarlo y tener ambos nombres, ambos de mis abuelos, mis amigos se
inventaron Deith.
— Me gusta Nathan. ¿Sabes que siempre he
querido ponerles ése nombre a mis hijos? Luego descubrí que uno de The Wanted,
con el que le ayudaría a estudiar anatomía, se llamaba igual y mis amigas
penaban que tenía un momento fangirling-groupie. Igualmente me gusta. — reí.
— Es que eres única. — murmuró besándome.
— Cuz we belong
together now— gritamos, levantando
las manos y bailando. Deith
hizo una tontería y yo empecé a reírme tanto que me caí de la silla en la cual
me había sentado. No estaba borracha, había que decirlo. Pero que haga de Rachel Berry con esta canción...
—
¿te lo estas pasando bien? — me gritó Chris a mi lado, muerta por los zapatos. No era lo suyo esto...
— Forever
united here somehow— le contesté y la abracé. Me bebí lo que
quedaba de mi cubata y me levanté a cantar: would suck withouuuuuuuuuuuuuuuuuut
youuuuuuuu!!!
Hice
la guitarra y Deith me levantó por los aires. Ortcher ligó y bailó con un amigo
de Joanna y ella bailó con su novio inglés feliz. Todo estaba saliendo perfecto
y esta noche la recordaría siempre como la mejor noche en Bruselas.
Nathan,
como le obligué a llamarse, porque sólo yo le llamaba así, me cogió de la
cintura y bailó solo conmigo.
Me
dio vueltas, me dejó hacer la tonta, cantar, chillar hizo el loco y nunca se
sobrepasó. Incluso fui yo quien besó a quien.
—
Being with you is so
dysfunctional— le canté señalándolo y luego todas las chicas nos cogimos e hicimos una
barrera a los chicos en la pista de baile. Era ¡tan
divertido!
— I really shouldn’t
miss you, but I can’t let go…— nos
contestaron imitandonos.
Nos cogimos de la nuca y empezamos a bailar todas,
saltando y cantando: Cuz we belong
together now
Forever united here somehow , You got a piece of me, And honestly, My life would suck without you
Cuando
terminó la canción nos abrazamos y nos hicimos fotos con la cámara de Nathan.
No
era tonta, sabía que nos estaban mirando, pero a mi nadie me quitaba las ganas
de fiesta. La música siguió sonando con MEmories. Habían elegido música y números
uno de las listas de MTV. Porque esto muy “actual” como diría la gente, no era.
Pero a mi me encantaba
— ¡Salir con españolas es lo mejooooor! —
imaginaos que in inglés medio borracho grite eso... ¡Es increíble!
— Dios, ¡cómo me pones! — le grité dándole un
beso de abuela, de esos que suenan en la mejilla a todos los tíos. Incluso a
uno que no conocía.
— Voy a pedirme algo más refrescante. — grité
a Ortcher.
— ¿Cómo qué?
— Como una Coca Cola— reí.
— ¿Sabes que te pones peor que con el alcohol,
verdad?
— Sí. Pero me gusta. — me carcajeé a gusto.
Fui bailando a la barra y cuando llegó el
cambio de ritmo a la canción: “But I Don’t mind” alguien susurró eso en mi
oreja.
— ¿Tom? — murmuré cuando por fin mi Coca Cola
llegó y me giré para ver de donde venía esa voz. — No me jodas la noche, ¿vale?
— Espera, ¡Joder! — me gritó cogiéndome del
brazo. — Ven conmigo, no quiero que te vayas llevándote una mala impresión de
mí.
— Me he llevado la que es. — Rolling in the
deep versión remix sonaba en la discoteca. — Y ahora déjame disfrutar con mis
amigos de la noche. No quiero tener nada que ver con vosotros si no es porque
yo os acoso.
Me marché de allí enfada y sin mirara atrás.
— Está bien, tú lo has querido. — le escuché
gritar antes de que viera como el suelo se pegaba a mis narices y mis pies
dejaban de pisarlo.
— ¡Bájame!
— ¡No! — le oí gritar desde mis pies. — ¡Si
tengo que llevarte como un saco de patatas, así lo haré!
Le escuché murmurar un par “lo siento” antes
de entrar en un sitio con la música menos alta y murmullos sosegados.
— Al final me has hecho caso. — murmuró Danny.
— Sí, siempre tienes razón— se obligó a
contestar Tom, con voz cansada— ¿Estas contento?
Me bajó al suelo e intenté correr hacia la
salida, aunque me choqué contra un sofá
rojo intenso y casi me caigo de bruces al suelo.
— Joder, si que va borracha...
— No voy borracha, idiota. — me quejé igual
que Chris. — Voy mareada por éste idiota. — y señalé a Tom que estaba a mi
lado.
Me senté en el sofá e intenté centrar la vista.
Luego me levanté y me taparon la salida.
— Estupendo. Primero me echáis y ahora no me dejáis
irme. Decidiros ya.
— Tú te vas a sentar y nos vas a escuchar, ¿de
acuerdo?
— ¿Ahora te dignas a hablar, Dougie? — me
digné a llamarle Dougie, cuando yo en mi vida, le había dicho así. Nunca. Con
nadie. Ni con él. Creo. — Pues ahora soy yo la que no quiere. No me gustas. No me
atraes. Eres un simple bajista de un grupo. Y tú y tú. — señalé a Danny y a
Harry. — el guitarrista y el batería. Y de ésos tengo muchos.
Intenté empujar al segurata pero no hubo
manera.
— ¡Dejadme pasar! ¡Mi novia está ahí!
— ¿Nathan? —(a mi me gusta decir Nazan, más
que Neizan) pregunté.
— ¿Nathie? — se asomó por el brazo del
segurata que no lo sujetaba. — Os lo he dicho, ella está aquí. ¿Qué haces aquí?
— preguntó aunque no podía ni verle la cara.
— Me a... — y me taparon la boca y me
obligaron a ir para atrás, mientras veía como se llevaban a Nathan. Ni
mordiendo al tío me dejaron hablar. — ¡Joder! — conseguí decir cuando me
quitaron la mano de la boca. — ¿Os dais cuenta de lo que hacéis?
— ¡¿Te das cuenta de lo que hacemos tú?!
¡Estamos haciendo verdaderas estupideces para contarle a una fan lo que pasó! ¡¿Tú
crees que si no nos importaras haríamos esto?! — me gritó Tom. TOM. ME. GRITÓ. —
Y no dejas de joderlo y de no ayudarnos
a ayudarte. A explicarte.
— Es que quizás, Tom, — expliqué serena. — No
quiero ninguna explicación. Quizás es que no quiero nada. No quiero sentirme
relacionada con vosotros. ¿No lo entendéis? Ha sido todo muy bonito pero nunca
voy a ser tu amiga de verdad. — y toqué su hombro. — Siempre te sentí como mi
ídolo y siempre lo serás, aunque te trate a veces como un amigo. No puedo. Siento
que seguiréis sintiendo que no soy de fiar. Y quizás lo sea y yo no lo sepa.
Prefiero tener como novio a alguien que pueda llegar a amar. Alguien normal. Que
pueda hacer estupideces conmigo y que sienta que esta solo conmigo no con un
nombre y una etiqueta. No con Natalia, la fan-amiga. Lo siento, Tom, de veras.
Pero eso que hicisteis sólo ha sido la señal para distanciarnos.
Miré a todos los que no había visto, o los que
ahora estaban presentes.
— No os conozco y no me conocéis. Y es mejor
así. ¡Claro que quiero fama! ¡Quiero vivir en un escenario y hacer llorar a la
gente porque sienten lo que yo sentí escribiendo mis propias canciones! ¡Joder!
¡Quiero que me pidan tener hijos conmigo y que me tiren calzoncillos! ¡Pero no
por salir en una revista por acostarme con el rubio de la banda! Y no te
ofendas, Tom, pero el pollitos es el pollito. — le miré y él sonrió. — Me voy a
divertir con mis amigos y con...
— ¿tu novio? — habló Dougie, dando un paso
hacia delante. — ¿es tu novio? ¿No deberías cortar primero conmigo aunque no
fuera nada del otro mundo?
— ¿quieres cortar? Cortemos. Nunca hubo nada.
Sólo nos liamos en el cuarto de la limpieza. Y dio mucho morbo, la verdad.
— Pues para mí sí que significó. ¿Te crees que
me hubiera liado sólo porque estuvieras buena o algo? Si me gustas, es por
algo.
Me quedé de piedra.
De.
Piedra.
No.
Puedo.
Madre.
Mía.
— ¿bailarás un baile conmigo?
— Ya he prometido ése baile.
— Pues entonces lárgate y no vuelvas. Si eso
es lo que quieres. Pero no deberías irte sin al menos conocernos y concedernos
una explicación. Y un baile.
Todos asintieron a todo lo que dijo Dougie.
— Por favor... — sugirió Danny como si a
Dougie se le hubiese olvidado.
— Eso está bien. — agradecí yo. — Lo de por
favor y eso...
— Un baile... — murmuraron Tom y Doug.
— Uno. — dijo Harry. — Yo sé bailar aunque no
os lo creáis.