AVISO

Ésta historia también esta en formato .metroblog.com

http://causeweallfalldown.metroblog.com/

Podeis encontrarla también en fanfiction

http://www.fanfiction.net/s/8882033/1/Cause-we-all-fall-down

Datos personales

Mi foto
Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.

martes, 26 de junio de 2012

Capítulo 29


− Deja de temblar, Natt. – me murmuró mientras me cogía de la cintura y me pegaba a él. – Tan sólo es un baile. – rio.

– no es un baile, Danny. Eres mi ídolo. Me desmayé la primera vez que te vi… y la siguiente. ¿Qué crees que me va a pasar cuando empiece la música?

– ¿qué bailaras y ya está? – preguntó con una sonrisa.

– Imposible. – empecé a reír.

La música empezó a sonar y yo comencé a sentir el cuerpo de Danny balancearse pegado a mí.

– Oh, Dios, Danny…– murmuré mirando nuestros pies.

– ¿qué pasa? –rio, viendo mi cara sonrojada.

– Que me voy a desmayar… Esto no esta bien…. ¡Dios mio, es mi fantasía! 

Empezó a reírse he hizo que me inclinara hacia atrás, a lo baile profesional, haciendo que levantara mi pierna para no perder el equilibrio. Mi muslo rozó el suyo.

– Danny, aquí hace mucho calor.

– Eso esta bien. – murmuró en mi oído.

– ¡Danny que tienes novia! ¡No me digas estas cosas que luego me ilusiono!

Volvió a carcajearse de mis salidas y me dio una vuelta.

– ¿Sigues enfadada?

– ¿Vamos a hablar de esto? – le miré a los ojos, esos ojos azules y él sonrió. 
– Te has aprovechado de mi debilidad por ti, ¿no?

– Puedo ser muy malo…– susurró en mi mejilla probándome. Me estaba haciendo pasar por este mal rato. A posta. A conciencia. Sabia que lo tenia en un pedestal y que haría lo que me dijera porque era mi ídolo y… Lo hacía porque lo sabía.

– Pues no seas tan malo. Déjame disfrutar de un baile con el hombre de mi vida y no hables de nada.

– Es decir, que solo te importa mi cuerpo ¿no? Eres mala…– hizo una mueca, algo entre un puchero y una sonrisa y yo empecé a reír escandalosamente. – Estamos hechos el uno para el otro. ¡Somos iguales! – se asombró.

– Sí, lo sé. Creo que deberías dejar a tu novia y venir conmigo.

– Si, yo también lo creo.

Acabó la canción y me abrazó.

– Voy a robarte otro baile. Vamos a solucionar esto.

– No. – cerró los ojos para no mirarle. Decir que no al hombre de tus sueños, es difícil. Muy difícil. ¡Claro que lo es! ¡He fantaseado con esa frase muchas veces! – Dije que quería disfrutar de esta noche como si fuera una normal. Con mis amigos, bailando y…

– ¡Nosotros somos tus amigos, Natalia! – me interrumpió. – O al menos Tom y Doug lo son…

– ¡No! – intenté deshacerme de sus brazos. Mi cuerpo no respondía a mis deseos y Danny no hacia nada oír dejarme ir. Lo que estaba costando negarme a lanzarme a sus brazos… ¡¿qué me estaba pasando?!– ¡No quiero hablar de eso! ¿De acuerdo? – la gente se había girado hacia los gritos.

Unos brazos me cogieron y me llevaron escaleras arriba.

– ¿Siempre tienes que llamar mi atención? – me preguntó Doug mientras yo hiperventilaba.

– ¿Siempre tienes que estar en medio de la conversación? ¿Siempre tienes que estar en mi vida? ¿No puedes dejarme tranquila? ¿No puedes dejarme feliz al menos una noche?

– ¿No vas a bailar conmigo?

– No.

– Entonces no cumples tus promesas. – se acercó.

– Yo las cumplo, cuando veo que no son perjudiciales para nadie.

– La única que cree que sale perjudicada eres tú. Y te estas mintiendo a ti misma.

– Doug, – no le solté la mano. – déjame. Quiero volver al principio. Olvidar lo que pasó. Si lo que debo ser es amiga de Tom, lo seré, no es ningún problema, pero no quiero...

– No eres la puta de nadie, ¿me entiendes? – me cogió de ambas mejillas, me arropó en él. Apoyé mi cabeza en su hombro. Apoyó su cabeza en mi cabello. – No lo eres... – murmurara él mientras nos balanceaba.

– Nos ha visto todo el mundo subir aquí. – murmuré.

– No pienses en eso ahora...

Nos separó y sonrió.

– No te conocía de ésta manera.

– Solo conocías mi apellido. No conocías al chico que lo llevaba.

– No me hagas esto. Don’t make me love you. Sólo me gustas, no me hagas caer más...

– ¿quieres que lo dejemos todo? Es imposible. Nos atraemos, ¿no lo sientes?

– Quiero ser normal...

– ¿y crees que conmigo no lo serás?

– ¿crees que podremos tener una cita como las personas normales? ¿Conocernos? ¡Claro que me encantaría probar y divertirme con mi ídolo! ¡Por dios, hasta me liaría con Danny sabiendo que tiene novia tan solo porque es Danny Jones en mis sueños! ¡Pero porque es Jones, no un Danny cualquiera, un inglés, que también me gustan!

Solté el aire de golpe después de terminar de hablar.

– Te dejaré tiempo, pero si me gustas, voy a luchar por que me conozcas al menos. Tengo todo el verano. Tengo como mínimo dos meses. Y nunca voy a encontrar a una tía como tú. Eres única.

Me marché dejándole allí y me dirigí a la barra.

– Dame lo que sea que lleve alcohol.

– ¿Y esa es la manera de pedir algo? – bromeó el camarero. Su voz era potente, pero cuando iba a enseñarle mi dedo corazón levanté la vista y allí estaba. Mi amigo a distancia de Londres, que ahora estaba en Bélgica, su ciudad natal.

– ¡TÚ!

Salté de la barra y le abracé.

– ¡Qué fuerte!

– ¡Qué haces aquí!

– ¡Nunca te había visto en persona!

– ¡Estoy trabajando!

– ¡Ya me voy!

Y volví a saltar, riéndome.

– Qué loca estas... Te pongo Vodka con algo dulce. ¿Vale?

– Sí, lo que sea. – bromeé. – ¿qué haces aquí? ¿Eras camarero?

– No, pero me contrataron para eso. – rio. – Volví de estudiar de Londres a mi lugar. Ya sabes... El hogar está donde el corazón está.

– Calla, no me digas cosas de McFly ahora...

– ¿Tu sin hablar de McFly? – se entrañó. Me sirvió la copa y un hombre le tocó el hombro. – Tengo cinco minutos libres, ¿te vienes?

Sonreí al poder hablar con alguien que no me recordaba que estuviera en un concurso, que no conociera a McFly y que no tuviera dos personas queriendo saber qué quiero hacer con mi vida.

Sonrió de vuelta y me acompañó a la puerta donde solo ponía “servicio”. 

Salimos fuera del local y el aire fresco me golpeó.

– Buf... Si que hace calor allí dentro ¿no?

– Dímelo a mí... – murmuró mirando al cielo. Luego bajó su vista hacia a mí.

– ¿cómo te trata la vida? – pregunté antes que me preguntara. Di un sorbo a mi bebida. – Menos mal que no me lo has cargado. Esta buenísimo.

– Lo sé. – se enorgulleció. – Pues nada... He dejado la carrera de empresariales y me voy a ir a estudiar mi sueño. A parte de música, que me encantaría ser profesor de música, quiero estudiar lenguas. Viajar por los países y ser profesor. Enseñar culturas...

– Qué bonito... Antes que me preguntes, no tengo ganas de hablar de mí. Creo que los últimos días se han centrado demasiado sobre mí.

– Bueno, una pregunta menos. – sonrió. – Hacía tiempo que no hablábamos...

– Sí. ¿Te acuerdas aquellas conversaciones en el chat del Facebook? Con las que solíamos decir que un día nos veríamos estudiando o de vacaciones...

– Sí. – se carcajeó. Se le achinaban los ojos cuando lo hacían y solo se veía el reflejo de la luz de la luna en el brillo de sus ojos azules. – Y toda la biblioteca mirándome porque me reía...

– Las echo de menos. Aunque al final nos hemos conocido.

Asintió y me acercó a él poniendo su brazo sobre mis hombros.

– Y ha sido un placer. No eres para nada igual que las fotos... Aunque hablando eres igual...

– Lo sé. – respondí orgullosa.

sábado, 16 de junio de 2012

Capítulo 28


— Harry, sabes como acabar con la tensión. Es oficial. — me quejé echándome para atrás y cerrando los ojos a la vez que ponía mi mano sobre mis ojos. — ¿Podéis dejarnos un momento a solas? Aunque antes quiero aclarar un par de cosas. Con “él” me refería a Deith. No me gusta Tom. ¡Cómo me va a gustar! ¡Es mi amigo!

Después de esos todos se fueron. No quise ver las miradas que me dirigían después de mis palabras.

— No me voy a enfadar porque le hayas besado. No soy de esas personas posesivas. Sé que te gusta y tú y yo sólo estábamos probando. Sé que no quieres ser la típica chica que sale con su ídolo... pero no voy a negar que me haya dolido. A mi realmente me gustas, Natalia.

— Lo sé, — murmuré acercándome a él y tomándole una mano. — Y no quería que vieras eso. Porque el problema es que no me arrepiento de haberle besado. Me arrepiento de haberle besado sabiendo que tú y yo lo estábamos intentando y estabas ahí, abajo, con mis amigos.

Ambos suspiramos.

— ¿qué vamos a hacer? — me preguntó después de varias canciones.

— No quiero ningún lio de verano. No quiero nada. Quiero divertirme. Si deseo tontear o deseo compartir mi tiempo con alguien lo haré. Pero no voy a cometer el error de comprometerme, no voy a empezar una relación que no voy a poder mantener. Yo al final del verano me iré de nuevo a Barcelona. Incluso debería irme antes porque no hice el papeleo para empezar la universidad...

— ¿seguirás conmigo?

— No puedo prometerte ser para ti completamente. Y lamento verdaderamente eso.

— Quizás si alguna vez vas a Londres... quizás podríamos intentarlo.

— ¿sabes qué? Vamos a hacer una promesa. Si vuelvo a Londres y ambos estamos solteros, lo intentaremos. Aunque sólo consista en acostarnos e ir cogidos de la mano. Nada de presentaciones familiares ni nada. Sólo tú y yo y el tiempo en que me quede.

— No estoy conforme... sobre todo eso de acostarnos... Pero acepto— rio.

— ¿Me estas tomándome el pelo? — bromeé. — No deseas este cuerpo, ¿no?

— No... — me cogió de la cintura y me atrajo a él. — no me atrae para nada... Nada de ti... — empecé a murmurar sobre mis labios. — ni tus labios, ni tus ojos, ni tu trasero, ni tu voz, ni tus murmullos, ni tus idioteces...

— Pues para... — me besó. — No desearme— me volvió a besar. — Has dicho muchas.... — me besó. —cosas. — reí.

Me separé y abrí la cortina para salir de la sala VIP.

— Bueno, chicos, me voy a divertir con mis compañeros y amigos. — les dije a todos. — vamos Ortcher.

La cogí del brazo y me llevé a Nathan de la mano. Es decir Deith.

— ¿Y nuestros bailes?

—  Y, ¿por qué no bajáis con todos nosotros y os divertís?

— Pero entonces no podremos bailar contigo. — se quejó Harry.

Iba a decir: ¿crees que me importa? Pero sería demasiado borde e irrespetuoso.

— Harry, vais a petarlo.


Tom me cogió de la mano y me sentó a su lado. Harry y Danny estaban bailando algo extraño mientras algunas fans reían y Chris hacia de cámara oficial. 

Dougie estaba apartado, negando con la cabeza. Nathan miraba mal a Dougie. 

Y Tom estaba sentado con una bebida en la mano.

— A mi me da igual que no nos hables, pero yo voy a seguir siendo tu amigo.

— Tom, — le grité en el oído por la música. — No estoy enfadada contigo. Estoy dolida. Pero por encima de ese dolor, todavía te quiero. No vas a dejar de ser mi amigo, cosa extraña en el poco tiempo que nos conocemos, por lo que hiciste. Lo seguirás siendo, pero yo me voy a empeñar a olvidarte.

— ¿Tú me quieres, Natalia? — me preguntó mirándome a los ojos.

— Si lo preguntas por si me gustaría besarte, claro. A mi me encantaría besar a todos mis ídolos. Tiene que ser lo más de lo más. Si me preguntas si te quiero por encima de todo, si te quiero que hasta me duele el alma.... No. Nunca he querido a alguien así. Además, saber que tienes novia deja las cosas mucho más claras. Si me preguntas si te quiero como amigo... La respuesta es que te quero más que a los cielos.

— Yo también te quiero. Con una mezcla de todo lo que has dicho anteriormente.

Me abracé e a Tom y me escondí en su pecho, aprovechando que ahora la atención, la tenían Harry y Dougie. Harry se empeñaba en que todo McFly bailara una canción realmente extraña. Y Dougie no quería salir a bailarla.

— Tienes que arreglar con Dougie todo lo que ha pasado. Nunca habéis mantenido una conversación que cerrara todos los cabos sueltos que tenéis. Además, eso de la promesa...

— ¡Otra vez espiando! — me quejé.

— Podías haberlo pedido a otro.

— Sí, a ti, Tom.

— ¿porqué no? Podría buscarte algún ligue. En vez de yo soltero, algún amigo.

— ¿Me ibas a encasquetar a un amigo? Imagínate que quisiera salir contigo.

— No creo, cuando fueras a Londres o sería para mi boda, o para el cumpleaños de mi hijo.

— Joder, si que tienes la vida planeada...

—No, me estaba refiriendo que veo imposible que vayas a Londres.

— Ah, — me indigné en broma. — Que lo ves imposible... ¿Qué pasa si ahora decido estudiar aquí?

— Que seria imposible porque no has hecho la preinscripción y todas esas cosas que hay que hacer... además, ¿dónde vivirías?

— Contigo, esta claro. — sentencié cruzándome de brazos y poniéndome enfrente de él. — Si pongo esa carita de cachorrito me darías hasta las llaves de tu casa sin pensarlo.

— Te estás aprovechando de mi hospitalidad y de mi amor por ti, eh...

— ¡Joper! ¡Y yo que había decidido en olvidarte! ¡Es imposible no ser amiga tuya! — me volví a sentar, poniendo un mohín.

— ¿Esto es amigos? — rio. — Si lo único que haces es meterte conmigo o bromear.

— ¿No es eso en lo que se basa una amistad?

— ¡Tú! — me gritó alguien a mi oído. Había cortado la conexión visual que Tom y yo habíamos tenido. Había sido algo como “estoy conectada ti y leo tus pensamientos” — ¿Vas a bailar conmigo?

Yo creo que ahí, me morí.

— Tom, dime si Danny Jones me está pidiendo bailar.

— El pesado de Jones te está pidiendo bailar.

— Danny. — murmuré como en trance. Mirándole fijamente. Drogada. — Tú hazme lo que quieras.

Y me levanté mientras él se desconjonaba.

sábado, 2 de junio de 2012

Capítulo 27

Porque me sabe mal dejaros como os dejé, y ahora os dejaré peor XD, y tengo la sele y quiero que tengais algo mientras no escriba y como es sábado he dicho, mientras repaso Física, escribo, XD
Aqui teneis un capi. P.D.: ME HE GRADUADOOOOOOOOOOOOOO! *-*


Estuve como dos minutos pensando porqué acepté y porqué me encontraba en los brazos de Tom, bailando una canción lenta mientras Deith, es decir Nathan, seguía abajo con mis amigos, y nos había dejado solos.

— Si fuera tu novia, no te dejaría hacer esto con otra chica.

— Es que no eres otra chica. — dijo mientras giraba la cabeza hacia mí y me lo decía al oído para que pudiera escucharle por encima del ruido. (above the noise, chisteee! Lo sé, no tiene nada que ver, pero me he acordado del álbum, XD) — Eres mi amiga.

No contesté.

Me había negado a hablar de nada y ya había roto el hielo. Yo. Joder. ¿Por qué?

— ¿Vas a hablar o voy a tener que robarte otro baile?

— ¿Robarme? — pregunté irónica. — me has obligado a bailar. Solo faltan los seguratas apuntándome con una pistola.

— No seas exagerada, Natalia.

— No que va. — y moví la cabeza de tal forma que empezó a reírse... Y yo no pude reprimirme.

— Te echaba de menos. Me caes bien. Eres mi amiga. Y no es mentira.

— Pues a mi parecer sí. Y no quiero explicaciones. — me solté y me separé de él. — No quiero ser tu amiga, Tom. No quiero salir por ahí y que me señalen o que siempre piense que lo hacéis por pena, eso de estar conmigo, o que me comparéis o que estéis siempre con la duda en la cabeza. No quiero sentirme desplazada y con mis amigos de ahí abajo— los señalé con la cabeza. — no me pasa.

— ¿Puedo hablar yo? — se molestó. — Porque parece que sólo tú puedas hablar. Sé que te sentó mal. — no me dejó contestar a su pregunta anterior. — Y lo sabía. Pero no quería que los chicos pensaran que eras un capricho. Que ahora me había dado por tener amigas fans. Yo te quiero como tú eres, no con el adjetivo fan. Y ahora no voy a decir que ellos sean los malos. Sólo hicimos... ¡Es que ni siquiera sé qué hicimos!

— Pues yo sí. Joderme la vida, o el día o lo que queráis.

Intenté irme pero Doug llegó en ese momento y me cogió del brazo.

— Mi turno.

— Sí venga, como si fuera yo aquí un juguete o un hielo que pasarse.

— No es mala idea esa... — murmuró Doug en broma.

— A mi no me hace gracia.

Me cogió de la cintura y me obligó a ponerle los brazos en su cuello. Yo los dejé muertos y se resbalaron.

— ¿No vas a ponerte seria, no?

Sabía que estaba siendo infantil. Así que paré de bailar.

— Vale, sentémonos como adultos y hablemos.

Caminé hasta el sofá y Doug me siguió.

— Me gustaría hablar contigo a solas, primero.

—De acuerdo.

—Yo... Me duele que no nos hables. ME gustas, no te voy a decir que no y me gustaba lo que teníamos. Era raro, era como si fuera de nuevo adolescente y no estuviera atado a tener una relación serie por ser quien soy.

— ¿Y yo que pintaba ahí? — pregunté. — Sólo era de diversión. ¿Sólo era el medio para sentirte normal?

—No... No quería nada serio porque no sentía nada serio por ti. Eres amiga de Tom y te conozco por el concurso que nosotros estamos pagando. Era raro. Pero me causaste impresión. Eras distinta. Eras rara.

— Me lo tomaré como cumplido, ya que todo el mundo me lo dice. — bromeé al ver lo serio que estaba.

— Me gustaría conocerte y arreglar el estropicio que hicimos. Tom de verdad que lo siente. Y yo también por obligarte a hacer cosas que no debías. Fue una idea estúpida.

— Sí, lo fue.

— ¿podemos volver a ser amigos? No me importa que seas fan o no. Sólo quiero... sólo queremos conocerte. Nos gusta lo poco que sabemos de ti.

Pensé en lo que había dicho. Pero mis dudas permanecían en mi cabeza, dando y dando vueltas.

— ¿No lo entendéis? — pregunté. — No lo entendéis... — afirmé. — Soy insegura. Y me costó aceptar que Tom de verdad confiaba en mí. Siempre lo he sido por ciertos motivos y siempre lo seré. Y con lo que habéis hecho me voy a sentir que siempre vais a estar ala defensiva. Voy a sentirme siempre controlada...

— ¿No ves las molestias que nos estamos tomando por una chica? — preguntó Doug tomándome de la mano y moviéndola de arriba abajo para corroborar que yo era ésa chica. — ¿De verdad piensas que es una broma o que lo hacemos por diversión o no sé... lo que quieras pensar, pero de verdad lo crees?

Sus ojos de verdad me hacían creer que estaba diciendo la verdad.

— Queremos que seas parte de nuestra vida. Aunque sólo sea éste verano y luego decidas que es demasiado.

Abracé a Doug sin previo aviso. Él, sin saberlo y descubriéndome una faceta que nunca había visto, me abrazó fuerte.

— No voy a olvidarlo todo por unas palabras, Doug. — murmuré en su oído. — No puedo. Dejadme al menos esta noche divertirme con mis amigos, con gente de mi edad, con gente normal...

— ¿Te has dado cuenta que me has estado llamando Doug en vez de Dougie todo el rato? — se separó pero mantuvo sus brazos alrededor de mí. — Obviaré lo que has dicho y me quedaré con que volverás a ser nuestra invitada genial.

Los chicos habían desaparecido. No sabía donde estaban y quería decirles que no se preocuparan más pero unos labios captaron los míos cuando iba a preguntar por ellos.

— No te apartes. — murmuró sobre mi boca entreabierta.  Me cogió de la nuca y me apretó a sus labios finos. — Sólo quiero... saber si todavía se siente algo.

¡Cómo no lo iba a sentir! 

¡A mí también me gustaba el Doug que había conocido! 

¡Y el que conocía por vídeos y conciertos! 

¡Él mismo me gustaba tal y como era! 

¡Pero no podía hacer aquello! 

¡Al menos sin hablar con Deith!

— Él también me gusta, Dougie. — murmuré separándome de él.

— ¿Tom? — preguntó extrañado.

— ¿yo? — preguntó Tom y me giré de golpe. No sabía que estaban ahí.

— ¿Tú me has besado sabiendo que estaba él aquí? — le pregunté a Doug enfadada.

— ¿él? — preguntó una voz. Deith estaba detrás de Tom.

— ¡Tú!

— ¡Joder!

— Madre mía. — rodó los ojos Harry y se sentó en el lugar donde yo estaba, justo cuando yo me levantaba. — ¿se acabó Pudd?