– Anoche fue una de las
mejores noches de mi vida.
– Fue algo larga... –
comentó Tom arremolinándose en la manta pues se había levantado la brisa del
amanecer. – ¿Cuánto ha pasado?
– Llegamos a las seis
cuarenta aquí y son las siete y media... – reí.
– Dio de sí, eh...
– Y tanto...
Nuestros murmullos se entremezclaban
con el vaho del frío de la primera mañana y hacían parecer que las palabras se
dibujaban en el aire.
– ¿Quieres hablar de algo en
particular?
– ¿De lo que pasó después de
que mis amigas desaparecieran, mi amigo de Facebook se lanzara a hablar de mí
con Ortcher, que mi... “lo que sea” – moví rápido la cabeza, pues no sabia
describirlo. – me dijera que me aclarara, porque no podía hacerme feliz si yo
tenía en mente ser feliz con otra persona y que Dougie se abalanzara sobre mí,
contento, – cerré los ojos a punto de soltarlo todo. – y me besara delante de
todos? ¿de eso?
– Más o menos...
– Sólo espero que con las
luces, con ésos aires que salían, con los confetis dorados que volaban por
doquier, nadie lo viera.
Él hizo un ruido como
aceptando mi discurso.
– Lo peor es que disfruté
como una cochina. Estaba de fiesta, estaba disfrutando con todas las personas
que seguro que las tendré en mi corazón por largo tiempo y encima, el chico que
me gusta, –ya no me cuesta admitirlo. – se me lanza y... ¡Encima bailé con
Danny! Yo no sé cómo mis piernas reaccionaron... porque tiene novia sino....
Tom rio y me ofreció un café
con leche que había traído.
– Gracias. – sorbí el café.
Estaba riquísimo. – Hace nada que volvimos de fiesta, pero necesitaba descansar
la cabeza... Me encanta venir contigo aquí.
– A mi también.
Giró su cabeza y me sonrió
como sólo él sabía hacerlo.
– Siento mi
comportamiento... me hirió lo que hicisteis...
– Y yo también. Aunque que
tu castigo sobre nosotros fuera de ésa manera me sorprendió. De verdad nos has cogido
cariño...
– Sí... Tan sólo Danny y
Harry siguen siendo mis ídolos. Tú eres.... un amigo. Dougie es... no lo sé. –
apoyé mi barbilla sobre las rodillas y dejé el café a un lado.
Tom suspiró.
– No sé dónde va a llevar
esto...
– Yo tampoco... No sé qué
hacer. Queda la mitad del concurso. He tenido dos parejas, he hecho cosas que
prefiero no recordar y otras que recordaría durante horas... he sufrido
cosas...
– Lo sé... Natalia. – me
llamó colocando una mano en mi mejilla. Tenía ésos guantes de medio dedo
grises. – Ves con Dougie. Sé que lo estas deseando. Tienes mi bendición.
Me reí.
– Sé que tengo que hablar
con él... pero estoy tan confusa por esta noche que... sólo quiero dormir
oliendo su colonia... Es tan extraño... Además, esta Deith...
Él suspiró.
– ¿qué voy a hacer? Quiero
quererle, a Deith... Pero no puedo. Me gusta, mucho, pero quizás... quizás con
el tiempo podría...
– ¿Y Doug?
– También. Es decir, que también
me gusta, no que con el tiempo le quiera. Entiéndeme. Parece irreal. Imaginado.
Raro.
– Ya...
– Tom, que esté hablando aquí
contigo es algo que nunca había imaginado, y me gusta porque puedo conocerte
como quien eres, no como pensaba que conocía. Pero de ahí, a que... ya sabes...
me lie con tu amigo... Además, ¿dónde nos llevará esto? ¿Seré capaz de dejarlo
todo y volver a la rutina cuando éste verano me han pasado tantas cosas?
Él me escuchaba atentamente,
asintiendo, tomando sorbos de café o chocolate y acomodándose en el frio y duro
tejado.
– Deith es... Nathan es... como
la vida misma. Como la relación normal que podría tener. Podría estar con él, podría
hasta llegar a quererle... Podríamos incluso llegar hasta tener una relación a
distancia, lo que fuera para seguir juntos. Mudarme a Londres si hiciera
falta...
– ¿Es de Londres?
– Estudia ahí. Eso me dijo.
Tom empezó a pensar.
– Pero sé que si pasa algo
entre Doug y yo nunca será lo que yo siempre he querido y que luego terminará
de manera extraña. Sentiré a McFly de otra manera. Escucharé y os veré en un
concierto de otra manera. Como quien va a ver a unos amigos. Como si Danny me
cantara Walk in the sun como quien toca la guitarra por gusto. No que estuviera
escuchando su disco... es... No quiero perder a Deith. Es mi amigo. Pero tampoco
quiero malos rollos entre Doug... y que deriven a todos vosotros...
Tom se levantó, cogió tu
taza y me ofreció una mano. Cogí mi vaso y me levanté del tejado.
– ¿Te has parado a pensar
que quizás lo que siempre habías querido ya no es lo que ahora quieres? Vivir
el momento y eso...
– tengo que pensar en el
futuro...
– Eres joven, no pienses en
el futuro.
– Es que me sento como dos
personas. – bufó Tom cuando intenté convencerle. – Como si con Deith fuera la Natalia
de antes y con Doug la chica de ahora, la que experimenta, la que siente... No
puedo liarme con Doug cuando nos apetezca y luego volver con Deith. Es inmoral
y no es bueno.
– Vamos, no pasa nada. Hoy
es domingo, hoy es día festivo. Puedes ser quien quieras que seas. El lunes ya
hablaremos de todo. No puedes cargar tú con todo el peso. Empezó mal, pero todo
se puede arreglar. Si es lo que ambos queréis... Sobretodo no nos engañéis...
Ves a hablar con Doug. Y con Deith. Si no puedes decidir, quizás deberás estar
sin ninguno.
Tom iba hablando mientras
abría la ventanita para salir...o entrar a la casa y la aguantó hasta que yo
estuve dentro.
– Me iré a ver a Giovanna,
que ha venido a pasar unos días. Ya sabes, lo de la semana libre... No quiero
que venga aquí, ya es bastante que haya cogido un avión. – su sonrisa me alegró
el día.
– Te pones tan guapo cuando sonríes...
Mi cara os la podéis
imaginar: “*_*”
El rio y luego me sacudió el
pelo.
– ¡No me gusta eso!
– ¡Anda, calla!
Íbamos riéndonos cuando nos
topamos con una de las concursantes.
– ¿os
conocéis?
Su miraba destilaba
desconcierto y, por qué negarlo, un poco de envidia/odio.
Quizás era una de ésas
que pensaba que me había enchufado...
Y ¿qué íbamos a decir? Íbamos
con las mantas, estábamos riéndonos como viejos amigos y había visto cómo nos
miramos...
– Sí. Ella es una de las que
nos ayuda por aquí. Nos cuenta cómo está el ambiente entre vosotros, lo que os
gustaría... No es la... “típica chivata”
Yo asentí como diciendo:
tiene tooooda la razón.
– Ella nos dijo que queríais
salir de fiesta... así que, más que nada le debéis un pequeño “Gracias”
La chica sonrió porque
delante de Tom no se podían decir barbaridades y cuando hablaba parecía calmar
a la gente... amansar a las fieras.
– Pues en tal caso, muchas
gracias. Guardaré tu secreto.
Yo volví a asentir y se lo
agradecí con la mirada.
Ella se marchó tras hablar
unos minutos con Tom y él me ofreció, muy discretamente, de nuevo la tarjeta
VIP ACESS. Esta vez no me negué. ¿Para qué negarme? A éstas alturas... ¿Para
qué querer sentirse normal cuando Tom es tu amigo, te has enrollado varias
veces con Dougie, has bailado con Danny y Harry te ha dado una charla filosófica?
Así que le mandé un beso muy
teatralmente, limpiándome una lágrima, cuando dirigió su mirada un segundo
hacia ti y él abrazó a la fan, mientras te sacaba la lengua y luego negaba con
la cabeza.
Anduve por los pasillos,
enseñando cual novata, la tarjeta a todo el mundo pero como buena chica, sin
preguntar porque una tenia su orgullo.
Tras diez minutos buscando desesperadamente encontré a alguien que me vio en la cara que iba perdida y me
pregunto a dónde quería ir.
– Pues... quiero ir a la
sala general, ésa que esta al lado del gimnasio.
A partir de ahí, sabía
llegar. Me acordaba. Así que él me indicó como llegar y a los, de nuevo, diez
minutos, te encontraste en su puerta.
¿Y si estaba tan borracho...
tan “feliz” que en realidad ahora no quiere acordarse de lo que hizo...? ¿Y si
me voy?
Mi mano se afianzaba en el
pomo, insegura.
Una voz me murmuró en el
oído, muy seductoramente. Mis piernas empezaron a temblar, literalmente. En
serio, no os niego que tuve que agarrarme a la pared.
– Danny.... no vuelvas... a
hacer... ESO. NUNCA. Todavía te tengo en un pedestal....
– ¿Todavía no lo has
superado?
– No. – y él rió.
– ¿Qué quieres que haga?
– Pues hombre, – me quejé. –
no hablarme así. Intenta mantener las distancias. Estas bromas acabaran
conmigo.
Se carcajeó de mí y me
prometió no volver a hacerlo.
Mi epifanía, ésa que resolvería mis dudas se estampó delante
de mis ojos, comiéndome la puerta de un cuarto donde una plaquita decía “Dougie”.
Tenía que elegir entre, ser la fan de siempre, tener un amor
de verano, un amor adolescente, un amor normal... o ser una chica la cual es
amiga de la banda, y tiene una relación complicada con un miembro de ella,
teniendo que madurar de golpe....
Debía de escoger entre... Ser Natalia, la fan, la
concursante, la novia de Deith o Nathie, la amiga de Tom, quien es el guitarra
y vocal de McFly y el rollo de Dougie de verano, con las consecuencias
No hay comentarios:
Publicar un comentario