AVISO

Ésta historia también esta en formato .metroblog.com

http://causeweallfalldown.metroblog.com/

Podeis encontrarla también en fanfiction

http://www.fanfiction.net/s/8882033/1/Cause-we-all-fall-down

Datos personales

Mi foto
Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.

viernes, 6 de abril de 2012

Capítulo 17

Bueno, como iba siendo hora, he actualizado. Mi viaje a Roma chachi piruli, salvo por el barco, XD Y en fin... He pensado actualizar el metroblog a la par que esto, porque me gusta más metroblog. Así, tengo contenta a toda la gente. DE aqui y de alli. Dedicado especialmente a (redobleeeeee) babilovesmcfly! Creo que se escribe así... Espero que te guste^^. Gracias por tus palabras de ánimo! Espero verte por metroblog también! Creo que actualizaré alli y luego subiré aqui. no sé. No tengo ni idea. Aqui te restringen más en los comments y en todo. En fin, un besoteeeeee!



Me empecé a reír como una loca y Ortcher negó con la cabeza.

— Lo tuyo no es normal, chica... — se quejó a las paredes.

— Pues vete acostumbrando... Deberías saber como soy, llevamos tiempo juntas.

— Es verdad— y me besó sonoramente en la mejilla. — Si yo en verdad te quiero.

— ¿Quién eres tú y qué has hecho con mi amiga? — pregunté asustada. — Ella nunca me besa así... Soy yo la que le hago enrabiar de esa manera...

— Calla y tira. — se volvió a quejar, ahora riéndose, mientras cerraba el cuarto con llave.

Andamos un poquito hasta llegar al salón. Nos habíamos parado antes en la cocina aquella donde Doug y yo intimamos demasié y luego me desmayé por culpa de Danny y cogí mi típico sándwich de Nocilla... versión inglesa.

O algo parecido.

Todavía no habían llegado los representantes ni ellos. Creo que desde que había llegado y desde que me puse a escribir esto en el diario, o como quieras llamarlo... No había explicado ni una reunión...

— Shhh! ¡qué vienen! — gritó una contenta.

— Es que la vena groupie no nos la quita nadie por más que los veamos día sí y día también... — murmuró Chris a mi lado.

Yo me reí por lo bajini.

Nos habíamos acomodado en un sillón azul, al lado de Joanna y su romance, Chris, una amiga de ésta y nosotras, Ortcher y yo.

Y entonces, un tío de ojos azules entró en el cuarto y a mi se me fue el aire. Mis pulmones o lo que fuera que utilizara para respirar desaparecieron y creo que, hasta mi corazón dejó de latir.

Podría ser que como era persona y mujer, necesitaba bueno... Tenía necesidades... O llámalo “x”, pero estaba jodidamente bueno ése tío de ojos azules.

Bueno y lo siguiente.

— Dios, chicas... Mirad a ese Dios griego en la Tierra llamada concurso de Música. — bisbiseé mirándole con descaro.

— Materialista, superficial o puta, como sea, pero ése tío esta buenísimo.

— Hot y lo siguiente. —le contestó Chris a Ortcher.

— Y mira que va en contra de mis principios, pero me encantaría pero... yo a ése lo depilo con la lengua. — murmuré negando con la cabeza y mirando como se sentaba al lado del chico de Joanna.

— Oh Dios mio... que está a nuestro lado... — murmuró Chris.

— ¿qué os pasa a vosotras ya? — preguntó Joanna mirando nuestras caras de babosas en pleno ciclo de reproducción.

— Pues ahora mismo nos preguntamos porque no conocemos al amigo de tu amiguito.

Joanna rio con una risa cantaría y encantadora y le contestó a Ortcher:

— Porque le conocí ayer. Ayer fue oficial.

— aaaaaaaah, que ilusión! — gritó yo mientras me levantaba y hacia el baile de la victoria junto con el de la lluvia. — Me alegro por vosotros! — y la abracé.

— If you want to be with her, you have to talk with me. You need my approbation… or something like that. — murmuré mirándole seriamente. — Just kidding. — volví a murmurar seria.

El tío se quedó muerto y el cacho pan ése torrado con chocolate y de todo se levantó se despidió con la mano me envió una mirada de esas que no pasan inadvertidas y se cambió de sofá.

Al frente.

Joanna rio e intentó reanimar a su chico que estaba en shock y me volví a sentar, mientras las otras se meaban de risa.


Entraron los que faltaban y empezó la reunión con los chicos de McFly presidiéndola. Mientras hablaban de como iba el concurso y pedían los permisos ala gente menor de edad y algunos se despedían pues no podían seguir están allí, yo lanzaba miradas lascivas hacia el chico que tenia en frente. Me mandó un mensaje que interpreté en inglés. Me señaló: Tú. Se señaló: and Me. Hizo como que andaba: going. Luego señaló fuera: out. Señaló el reloj con la mirada. Lo tenía encima de mí. No me hizo falta mirar. Miré a las caras de los otros, atentos a las de la reunión. Al menos, creo, que de todos: Then. Y luego marcó un interrogante. Yo miré a Ortcher que intentaba no mirar al chico pero era imposible.

— Contéstale. — me urgió.

Yo le mandé una señal y luego miré a Tom ya que había advertido que me mirada de forma extraña. Posiblemente por no mantener la atención al hombre que hablaba.

Le dije por señas: I’m not that easy.

Él rio sin ruido y yo giré la cara, intentando esconder una sonrisa.

Me llegó un mensaje. Me vibró la pierna. Saqué el móvil con cuidado y levanté la mirada. Él me miraba con una sonrisa ladeada. Prepotente. Sexy. Hot. De todo.

— Y u so?

— I’m not that kind.

— that’s why Im interested. — me contestó con todas las letras.

Sabía que la factura me saldría cara. Le mandé mi Twitter y le contesté por última vez.

— DM, please.

Él rio y comenzó a trastear el móvil.

¡El cabrón me había mencionado con una foto!

— Bua, tengo que probar esos labios... En serio...

— Para, para, que Tom te esta mirando! ¡Y esta enfadado! — me susurró Ortcher y me quitó el móvil.

Miré hacia Tom y ahora eran Harry y él quienes me miraban enfadados. Levanté las palmas en signo de: no voy a hacer nada y agaché la cabeza. Luego le enseñé un dedo al prepotente pero buenorro chico de enfrente.

La reunión siguió su cauce e incluso di mi opinión lo que causó que me miraran ciertas personas... como Dougie. ¿Él también estaba enfadado? ¡Si no había hecho nada!

La reunión terminó y Tom vino directo a mi sofá.

— ¿qué problemas tienes? — le pregunté de golpe

— Te he visto tontear en plena reunión.

— Vale, — me arrepentí. — No debería haberlo hecho. Eso una falta de respeto. Sé que he faltado a mis reglas. Lo sé. No volverá a ocurrir, de verdad. — hablaba en serio.

— A parte de eso. ¿No conoces quien es?

Me desconcertó que fuera tan directo.

— ¿Y tú sí? — le pregunté en respuesta.

Me miró extraño.

— Yo también me pregunto porque lo metimos al concurso, pero ya ha tenido algunos roces con algunas chicas. Y esto no debería decirlo.

Ahora me miraba dulce.

— No quiero que sufras. — y me puso la mano en la mejilla.

— Lo sé. — le contesté. — Era solo por diversión. No soy tan fácil, Tom.

— Eso ya lo sabemos. — rio Tom y miró hacia atrás.

El tío había desaparecido-

— Mierda, con lo bueno que estaba.... — reí. — Joder, TOM. — me quejé a ver su cara. — no soy de verdad así, lo hacíamos por diversión. Sabes que no soy ese tipo de chicas.
— Pues me preocupa que cambies. — me susurró.

Se fue. Me dejó ahí. Con esa frase en el aire.

Entonces las luces se apagaron.

— Menuda miradita te ha echado. — murmuró Ortcher, rompiendo el silencio que había dejado Tom. Algunos se habían ido y otros se quedaron para ver la película.

Lo tenía justo delante.

De nuevo.

La gente se acomodó y de repente unas manos empezaron a acariciarme el cuello. Se me escapó un jadeo.

— You’re not that kind but I can break your walls, Darling.

Ése murmuro, con las luces apagas fue la gota que colmó el vaso.

Me cogió de la mano, me levantó como si fuera un peso pluma y los ojos azules le centellearon como a un águila con su presa.

Me llevó a otro sitio oscuro, con olor a fresas y cerró con pestillo. Y sus labios encontraron los míos. Eran carnosos, suaves y ardientes. Tal y como los había imaginado.

Estaba haciendo cosas, durante esas semanas que estuve fuera de casa, que nunca me hubiera imaginado. ¿Besarme con un desconocido, en un ligar... también desconocido?

Era inimaginable en mi vida. Y aquí estaba, notando sus manos por encima de mi camiseta, una camiseta que sobraba. Una camiseta que empezaba a molestar. Una camiseta que desapareció con ayuda de mis manos.

El tío, hombre, lo que sea, encendió una bombilla y rio. Yo, ¡yo! Le seguí el juego y solté una risita juguetona, a la par que buscaba el botón de su camiseta. Era de esas de las que me gustaba. Con tres botones a desabrochar.

Besé cada botón que desaparecida de su lugar. Él gimió cuando mi mano se fue a su espalda. Me empotró contra la pared y me sentó encima de algo metálico y frio. Creo que estaba en algún tipo de baño... o algo por el estilo. Gemí cuando su lengua buscó mi lóbulo de la oreja.

— You’re so...

No terminó la frase. No pudo. Mi mano estaba desabrochando su pantalón. Me besó con pasión. Sin dejarme aire. Sin dejarme espacio para pensar o reaccionar. Me besó con ganas, con desesperación.

— I’ll be looking for you so long.

—You say that always, to all the girls you fuck with, not only me.

— I swear you’re the one.

A mi me importa muy poco que me lo susurrara en el oído, que dejara besos húmedos en mi cuello, que jugara con la tira de mi sujetador. Cuando se puse entre mis piernas, me apretó contra él y lamió mis labios... Perdí todo el control que quedaba en mí. No había nada. Nada que pudiese hacer.

Me miró a los ojos. Azul intenso. Le besé. Le mordí. Le quité del todo la camiseta y la tiré a algún sitio que no supe bien, bien, donde fue. Él metió sus manos bajo mi pantalón y me elevó, agarrándome a su espalda, haciendo rozar nuestros cuerpos sudorosas incluso sin empezar nada, pero habiendo comenzado un juego de caricias y murmuros silenciosos. Me enrollé a su cadera y ahí me quedé. No volví a sentir eso metálico y frio sino algo caliente y sudoroso contra la piel interna de mis muslos.

Sus manos bajaron y subieron por toda mi piel, creando susurros, jadeemos y gemidos, creando pieles de gallina por doquier si eso era posible o estaba bien dicho.

Me volvió a besar. Me besó con ímpetu. Con... no lo sé. Mi mente viajaba por todas mis terminaciones nerviosas, por todos los sitios que su piel hacia contacto con la mía.

— I... need a.... name to...

— whisper? — murmuró él riendo como si fuera un ángel

— Maybe... but... that’s... not... the...

Oh dios mio. Tocó algo. Tocó algo dentro de mí que me hizo perder la cordura. Yo escuchaba música por todos lados. Entre la canción I need a Woman que sonaba por algún lado, y sus murmuros y jadeos, estaba en el mismísimo cielo.

— Jake, Josh... I.. don’t remember... now...right... now. ..— alargó el naaaaau justo
cuando con mi pie toqué cierta protuberancia que salía de sus pantalones.

Y llegué. Llegué al máximo. Al punto donde mi cordura volvió. Y supe lo que estaba haciendo.

Él empezó a mecerse. Haciéndome sentir y desear que nuestra ropa interior no existiera. Y gemí. Alto. Fuerte. Y maldecí. Mierda

— Tengo que irme. No puedo hacer esto.

Me bajé. Cogí mi ropa, pero él fue más rápido.

— really?

— No me vengas con jodidas imbecilidades como el really? Ostias... — me quejé mientras me ponía el pantalón. No sabía donde estaba y él seguía rompiendo mis barreras con esos besos tan poco... decentes para escribir sobre mi espalda.

— Please... enjoy... — gimió en mi oreja, mientras sus labios se movían al compás que hablaba.

Me iba a matar, lo sabia. Era seguro. De combustión espontanea, o de otra cosa. Cogí mi camiseta, porque sabía que no la había tirado -menos mal que había tenido algo de cordura y la había puesto a mi lado- y me lacé hacia afuera. EL pestillo.

Mierda

El pestillo.

Intenté abrirlo y me di cuenta de que sería imposible. Empezó a jugar de nuevo conmigo. Y ahora la que no se divertía era yo. No podía hacer esto. Iba en contra de mis principios. Bueno, liarme, enrollarme. Lo aceptaba. Era joven, debía experimentar.

Debía confundirme y errar, pero ¿Esto? No. Esto no. Iba en contra de todo lo que yo luchaba por enseñar a los más pequeños.

— Stop. — le grité.

Conseguí abrir. Y salí. Corrí por los pasillos que antes no me había acordado y me choqué con alguien. Sin ponerme la camiseta.

Menos mal que estaba oscuro.

Su mano subió. No paró. Subió por mi espalda. Y de nuevo me encontré en medio de una pasión irrefrenable... aunque en este caso... Lo deseábamos los dos... aunque no sabíamos que lo queríamos.

2 comentarios:

  1. Lo prometido es deuda. Acá te dejo mi comentario. Primero que nada; muchas gracias por dedicarme el capítulo. Sos lo más. Segundo; ¡TE ODIO! Me dejaste con la intriga. Que bueno que a actualizaste el otro por que, si no, te juro que te mataba. Comento primero y después leo, no quiero quitarle la intriga a la cosa. Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. WEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE me haces tan feliz con cuatro cosas queme dices...

      Eliminar