AVISO

Ésta historia también esta en formato .metroblog.com

http://causeweallfalldown.metroblog.com/

Podeis encontrarla también en fanfiction

http://www.fanfiction.net/s/8882033/1/Cause-we-all-fall-down

Datos personales

Mi foto
Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.

lunes, 30 de abril de 2012

Capítulo 22


— ¡Hombre por fin aparecéis! — nos alabó Danny, haciéndonos una reverencia. — Ya hemos comido. Habéis tardado tanto...

Doug iba a mi lado, serio.

— Tenemos que contaros una cosa.

— Sí, — proseguí después de Dougie. — No queremos mentir a nadie y quiero que me conozcáis cómo soy. Con mis errores, mis fracasos...

Nos sentamos y vimos como Tom nos taladraba con su mirada.

— Doug y yo no nos acostamos. — puntualicé. Harry me miraba, molesto. Es normal. — La verdad fue que cometí un error por imprudente.

— Y yo me la encontré por los pasillos, medio desnuda, huyendo de ése error. — me miró. — Así que la acompañé a mi cuarto. Estaba un poco desorientada. Parecía como que estaba ida.

— ¡Pero si no la aguantabas! — se quejó Harry. — Es decir, hemos visto como os picabais.

— Lo sé. Supongo que le di pena.

— ¿Y por eso dormisteis juntos? No quiero meterme en estos temas, pero visto como te atacaron cuando no pasó nada, imagínate ahora...

— Sí, — afirmó Tom, preocupado.

— Por eso os queremos contar toda la verdad. Y que solo lo sepáis vosotros.

— Y Ortcher. — señaló Tom. — Tu mejor amiga.

— Bueno... Prefiero que sólo sepa una parte. No quiero tener que meterla en mis asuntos.

Asintieron todos.

— Entonces, una cosa llevó a la otra y creo que ambos necesitábamos sentirnos un poco queridos, o necesitados. Así que...

— Pero paré. Es decir, puse un límite. — se disculpó Doug.

— sólo queremos deciros que no nos arrepentimos. Fue genial y todo eso, pero no volverá a ocurrir. De verdad.

Se miraron entre ellos y luego nos miraron.

— Habéis sido sinceros. Eso es un punto a vuestro favor.

— Ya. — contesté a Danny. — Y ahora, ¿podemos comer?

— Claro, claro. —  me contestó ahora Tom, como quien no quiere la cosa, aireando la mano.

Se levantaron de la mesa y se fueron al comedor a tomarse algo, mientras veían la televisión. Éste domingo había dado de sí bastante...

Doug y yo comimos mirándonos y hablando de cualquier cosa.

— Ha salido bien, ¿no? — preguntó metiéndose el tenedor con espaguetis en la boca y manchándose de tomate.

Me reí.

— Tienes tomate en la mejilla. — y empezó a mancharse aún más— ¡Estate quieto!

— Cierra la puerta. — murmuró mientras se levantaba.

Eso hice y la cocina quedó en silencio completamente. Me giré para ver a Doug y él estaba tras de mí.

— espera, que te limpio eso. — murmuré.

Me acerqué a él y le chupé la mejilla.

— Que asco... — me quejé. — Esta frio el tomate.

— ¿quieres saber lo que no está frio? — trató de asustarme.

— Eres un guarro.

— Lo sé. — se enorgulleció.

— que hombre este... — y miré el techo.

Le besé, largo y profundo y luego me volví a sentar.

La puerta de la cocina se abrió en ese instante, mientras yo bebía agua.

— Me gustaría hablar con vosotros dos. — murmuró Tom. Un poco mosqueado

Se sentó, no sin antes volver a cerrar la puerta.

— A mi no me engañáis. — Nos miró a ambos intermitentemente. — Contadme qué está pasando.

— ¿Qué dices, Tom? — preguntó Doug, extrañado.

— No. A Tom no. — murmuré yo, mirando a la mesa. Luego elevé mis ojos y me encontré con la mirada contrariada de Dougie. — Tom no.

— Joder, Natalia. — se molestó Dougie, girándose y tocándose el pelo.

— No ha sido solo una vez. — le dije a Tom.

— Entonces, ¿también querrás a tu mejor amiga en esto, no? — preguntó irónico Doug.

— No empieces, Doug. — ahora me molesté yo. — ¡A Tom no le puedo mentir! ¡Él ha confiado en mí!

— Y yo también y me has mentido.

— Bueno, pues vete, menudo problema. — murmuré alto, poniendo los ojos en blanco.

— Aquí, la que debería irse eres tú. No es tu sitio éste.

— Genial, mírame yéndome. — le empujé mientras iba hacia la puerta, y cuando la abrí dos pares de ojos me miraban sorprendidos.

— Tenéis un compañero de banda gilipollas. Pero con todas las palabras.

Tres pares de ojos vieron como me iba. Al cabo de diez minutos encontré la salida.

Doug vino cinco minutos después.

— Espero que esto valga la pena— murmuró besándome. — Porque la bronca que me ha caído no es pequeña. — volvió a besarme.

— No me gusta engañarlos. Y menos a Tom.

— ¿Crees que aceptaría esto? — preguntó entonces. Sabiendo me respuesta asintió.

— Pero no es nada malo. Solo algunos encuentros fortuitos. — volvió a besarme.

Yo pensaba. No era virgen. Es decir, aquella vez, con el novio de Ortcher, mi amor de siempre, no había contado, porque no fue para nada lo que me había esperado y para mi, eso no contaba. La primera vez es cuando te entregas a alguien. 

De todas las maneras posibles. 

Y yo no entregué nada más que mi cuerpo, carne. 

Eso no contaba. 

Con Dougie era distinto.

Estuvimos dos veces al borde y él, me respetó. Y creo que ha llegado el momento en que lo haga pro primera vez. En que de mi cuerpo y mi alma, en que estemos, seamos uno, una fusión de todo, con él.

— Doug, no te lo he dicho, porque creo que nunca lo he dicho en voz alta, por miedo a el qué pensaran. — dejó de besarme. — No soy virgen, en el sentido que piensas. Me acosté con alguien. Si eso cuenta... Para mi, la primera vez no es cuando... cuando notas a alguien dentro de mi— le dije, mirándole entre mis pestañas. Es cuando te entregas a alguien de todas las formas que existen.

No dijo nada.

— Y no me importa si pasa en un lavabo, en su cuarto de la limpieza de mala muerte o en una cama llena de pétalos y con cava.

— ¿cava?

— El champan catalán. El mejor del mundo. A lo que iba...

Me besó. No de forma en que lo hacia. Dulce y pasional.

— ¿sabes que te voy a quitar la pureza, no? — rio.

— ¿Sabes que la pureza que tenia me fue arrebatada la primera vez que nos besamos de aquella manera, verdad? —reí. — Tiene huevos la cosa... — dije en español.

— No lo he entendido, pero espero que sea gracioso. — y luego ocupó el aire que había a mi alrededor con su olor.


Estábamos tumbados en el suelo del cuarto desconocido en que el Doug me había dicho que podíamos ir. 

Era tan acogedor, como solitario. Incluso me gustaba con una lámpara antigua, cuca, delicada y pequeña. 

Habíamos puesto unas sábanas en el suelo y almohadas viejas estaban alrededor de nosotros. Había incluso unos muebles y una estantería de hierro. Típica.

— Sigo pensando que, aunque por mucho que me encante esto, — murmuré, tocando su pequeño desnudo y luego  abarcando con mi mano el cuarto. — mentir a Tom no nos hace ningún bien.

— No le hemos mentido. Hemos omitido cierta parte de la verdad...

— ¿tu crees?

— Hombre, — giró su cara para besar mi nariz y babearme toda la mejilla. Yo le devolví el beso. — le hemos dicho que no ha sido la única vez. Ahora podemos confirmar eso.

Solté una carcajada y me puse encima de él.

— ¿Sabes lo raro que sigue pareciéndome esto?

— ¿Cómo no te va a aparecer raro enrollarte con un lagarto?

— ¿No puedes decir una frase coherente? — me molesté. — Y yo que había intentado ser seria y madura.

— Me gustas más divertida e inmadura. — invirtió nuestra posición y me acarició la cintura desnuda. — Sobretodo cuando no sabes que esperar.

— Nunca me avergüenzo, pero lo estas consiguiendo. — susurré apartando su mirada.

— No es nada malo. Nos gusta lo que hacemos y no tenemos que pelear con nadie. Es decir, ¿qué mejor que esto? ¿Una relación de Dougie Poynter con una fan? ¿Qué haríamos si tu no querrías salir con Dougie Poynter, si no con Doug, el loco de Doug?

— Ya... — le di la razón.

— Además, solo nos gustamos. Es como un viernes noche día tras día. Ahora completamente. — e hice un movimiento con las cejas, sugestivamente.

Esta vez sí que me reí a gusto.

— ¿Sólo querías meterte en mis pantalones, no?

— Más o menos... — rio. — Aunque me encanta tu cara después de hacerlo.

— ¡Pero si sólo la has vito una vez! — luego le aparté de encima de mi y alejé sus manos. —  Y ¡Deja de hablar de eso! ¡Para mi ha sido la  primera vez!

— ¡Y dónde esta, esa sonrisa de después de hacerlo por primera vez!

Entonces pensé... No había sido mi primera vez. En realidad, sólo me había acostado con un tío. Ni había habido te quiero’s, ni susurros de nombres... Sólo gemidos pidiendo más. 

No había sido lo que yo esperaba. 

Totalmente. 

O en parte. 

O un poco.

— Ahora estas pensando... — se apoyó sobre su codo.

— Doug. — giré mi cara para mirarle. La sábana descansaba encima de mi piel desnuda y una parte de mi pecho se traslucía. — Tan sólo nos hemos acostado.

— Sí. ¿No? ¿No era ése el plan?

— sí... Claro, sí. — murmuré mirando de nuevo el techo.

2 comentarios:

  1. Y ahora es la parte en la que Natalia confiesa que esta enamorada de Tom y haces a Barbi feliz......

    ResponderEliminar