Bueno… Estábamos en Inglaterra. Sí… en Londres… ¡Londres! Yo en ese momento en que te das cuenta de que has viajado sola por primera vez, en que estas en un sitio repleto de chicos y chicas de todas las edades, de todos los países y con miles de sueños en tu ciudad de ensueño, no estaba muy preparada. Solo pasaría una día, pero sería inolvidable.
— No me puedo creer que ya nos vayamos…— susurraba Ortcher desde la ventana del avión. — Ha sido tan mágico.
— Ya…— murmuré yo, mirando por la ventanilla yambieén. — Echaré de memos todo.
— Chicas, — nos llamó Johnson. — Tenemos que volver pronto.
— Y tanto. — metió vaza Sarah. — a mi no me dejais sola en Londres después de la que me liasteis.
Y es que, cuando nos metes en una casa, con un vecino tan… ingles y una ciudad tan… tan, es normal que la liaramos…. Parda.
Y no… hoy no contaré que pasó. Más bien, me saltaré todo el viaje y explicaré algo que sucedió al llegar al estudio.
Mucha gente andaba de aquí para allá. Nos tenían fuera, con una fuente de un bicho raro. Y ventanas grandes y cámaras grabando todo. Yo me escondía de ellas, ya que solo si eran de amigas hacia la tonta. En ese momento, empezaron a salir tíos de las puertas mirando desesperadamente a todos los lados. Como si buscasen algo o alguien.
Entonces, un chico, que no parecía que estuviera bien, iba como un poco mareado, se presentó de golpe en el grupo de las groupis sin neuronas.
— ¡Hi! — y las abrazó.
La chica esa que se había presentado como Cami se lo quitó de encima con una cara de asco y dijo algo así como:
— ¡eh, tío! Tus manos en los bolsillos.
Y entonces ahí fue el momento en que yo me di cuenta que ése chico no estaba mareado, sino que era deficiente mental.
El chico le empezó a hablar en inglés puso una cara como que no entendía que había hecho mal.
Ella empezó a mirarle con más asco aún y empezó a reírse y yo… No aguanté.
Ortcher empezó a gritar que qué hacía, que las dejara en paz, pero yo ya iba andando en su dirección, pisando fuerte. Se escucharon algunos grititos y se empezó a mover la gente. Veía sombras en los ventanales pero yo ya tenía mi vista fijada en un punto: Cami. De golpe se escucharon muchos gritos y las chicas se giraron todas para el otro lado saludando a algo que había en una ventana alta. Y entonces llegué donde estaban.
— ¿tienes algún problema? — me preguntó con aires “amigables”
— No sé, dímelo tú, ¿te ha hecho algo para que lo trates así? ¿Para qué te rías de él?
— Oye, tía — dijo así como apartándome y empujándome en la dirección del chico con retraso inglés. — que si lo quieres, todo para ti. No es que sea muy listo el pobre, le faltan algunas neuronas.
Uy… ahí… ahí fue cuando yo exploté.
— Mira, ¡ostras! ¡Como tú! Y ves, allí— le señalé algo arriba— sí, sí, allí. Allí están tus neuronas.
Y cuando ella giró el cuerpo para mirar dónde le había señalado, que justo era esa ventana, yo tiré el puño para atrás y le aticé un buen golpe en la nariz.
Bueno, quizás me pasé un poco porque empezó a sangrar y a hincharse y empezó a gritar y a llorar como una histérica… bueno y yo me hice polvo el puño.
— ¡¿Pero tú estás loca?! — me chilló e hice que todo el mundo se callara y se girara en nuestro lado. La gente que estaba en esa ventana alta también bajó para ver qué había pasado… o quizás lo habían visto.
— Eso por insultar, por pensar que eres más lista que este chico de aquí. — me giré y me presenté— Hey, I’m Nathie, but call me Natt or Nath. — y él me abrazó. Yo le correspondí el abrazo pero me rozó el puño, el que utilicé para atizarle el golpe a la groupie rubia esa, y me encogí del dolor.
— You’re so beautiful. — me dijo, yo sonreí,
— Y así se tiene que tratar a estas personas no como las tratas tú. — y entonces ella me pegó una bofetada.
En ese momento no supe cómo actuar y todo el mundo que estaba a nuestro alrededor se calló.
— Uh… no sabes que has hecho.
Intenté pegarle y empecé a dar patadas al aire y a llorar de la impotencia. Sí, lloro de la rabia. La gente suele decirlo, pero yo, lloro de VERDAD con la rabia. Eso de llorar y llorar…
— Eres una puta asquerosa que no vale para nada, HEY everybody, listen to me. She sucks, — y me giré con ella, todo lo que Ortcher y el chico inglés podía. Él, el chico inglés me decía que me calmara y la verdad es que estaba funcionando. Salvo que Ortcher decía lo mismo demasiado nerviosa y me ponía a mi nerviosa. — Bitch. — solté con asco.
Y justo cuando me iba a pegar, uno le dio al chico inglés y otro paró su mano otro chico con tatuajes en el brazo.
Yo me giré al chico inglés y empezó a sobarse el moflete.
— Oh… I’m so sorry, she wanted to hit me but… I’m so, so, so, so, sorry…— empecé a decirle mientras le acariciaba la mejilla.
— You’re nice, girl. You’re nice, Natt.
— What’s going on with you, girls? — dijo el chico.
Y entonces nos dimos cuenta que ese era Danny Jones y entonces, la chica prepotente llamada Cami, se dio cuenta que tenía un mano cogida.
— Danny! — gritó con acento inglés forzado.
Yo bufé y negué con la cabeza. Entonces unos brazos fuertes me cogieron y me elevaron. Giré el cuello en un ángulo raro y vi la placa de “Security”. Ya la había cagado.
El chico inglés se giró y me dijo adiós con la mano. Yo le respondí un suave “goodbye” y luego empecé a patalear durante diez segundos. Luego el tío apretó más su agarre hasta dejarme, más tarde, los dedos marcados.
— ¡Natt! — gritó Ortcher.
— ¡Ortcher! ¡Ayúdame! — empecé a lloriquear. Pronto vi como otro segurata cogía a la rubia tonta y la traía conmigo.
Empecé a llorar cuando el puño comenzó a dolerme como nada en el mundo.
Un hombre con gafas y con un carnet en la camiseta donde ponía traductor me preguntó:
— ¿por qué lloras?
— Porque, por culpa de ésa mema sin neuronas yo ahora no voy a poder tocar. — y le enseñé mi mano. — También porque me duele demasiado. Mucho. Muchísimo. A lot, a lot muchísimo. — dije sin pensar.
En ese momento entraron muchos tíos y entre ellos el chico inglés, unas cuantas chicas y los tíos de McFly. El traductor empezó a traducir.
Yo lloré aún más cuando una tía, que supongo que sería la médica del centro, por cómo iba vestida con una bata, empezó a tocarme los nudillos.
— Stop, please. — yo le dije. Ella me dijo que sabía hablar en español. — por favor, me duele mucho.
Me soltó la mano y yo me la pegué al pecho. Me limpié algunas lágrimas que caía, aunque seguía llorando.
Empezaron a hablar en inglés y el traductor iba traduciéndonos.
— Dicen que quieren saber que ha pasado antes de expulsaros.
—Muy bonito, rubia, ahora por tu falta de inteligencia voy a tener que joderme y no cumplir uno de mis sueños. — miré al traductor y le solté: —puedes traducirme literalmente, me harías un favor.
El rió, pero luego se puso serio y dijo eso en inglés. Doug rió. Los demás no. Y se llevó un golpe por reírse en esa situación.
— ¿Y cuál era? ¿Tirarte a un famoso y quedarte preñada para que te costee la vida? — ahí yo exploté.
— No, cara de ameba. Lo mío era tocar un instrumento que tiene seis cuerdas y que empieza por gui, y termina por tarra. Pero quizás ese sea tu sueño, ya que no vales para nada y si para algo vales es para hacer sentir mal a las personas de tu alrededor.
Ella clavó el tacón en mi dedo gordo del pie, y yo levanté mi pie con tan mala/buena suerte que mi bamba (unas Vans, por eso se me salieron con tanta facilidad) y terminó en su frente.
— Uy, lo siento, ¿hay alguien ahí? — pregunté acercándome a su cabeza. — Vaya, he terminado con todas tus neuronas.
— Tú, puta, vas a terminar muy mal, te haré la vida imposible. — me amenazó.
— Tú amenázame todo lo que quieras, zorra, que de aquí no sales sin un buen moratón en el ojo. Y que sepas que no lo hago por mí, sino por la gente. Aguantar a una… persona como tú tiene que ser un asco. Seguro que sobornaron a alguien para dejarte aquí.
Ella me miró con cara de… te las estas ganado. Pero luego empezó a llorar. Yo me sentí un poco mal. A lo mejor era adoptada, o no tenía padres o algo y la había herido.
— Oye, lo siento si he dicho algo sobre tu familia… — y ella rió. — pero lo de puta no te lo quita nadie.
Ella me escupió y yo me aparté aunque terminó en mi pelo.
Antes de que pudiera soltar algo, Tom chilló.
— Enough! Shut the fuck up you two!
El traductor había traducido todo literalmente. Me lo acababa de decir después de que Tom hablara.
Empezó a hablar rápido y molesto.
— Voy a decir las cosas tal y como él las dice.: No pienso tolerar ese vocabulario y esta actitud en este estudio y menos cuando pensábamos que erais buenas chicas, por eso os escogimos, así que, antes de echaros del programa y enviaros a casa, quiero que alguien me lo explique.
Las dos empezamos a hablar pero nos calló con un dedo. Le dijo a Cami que hablara.
— Pues lo que ha pasado es que esta marimacho, y quiero que traduzcas tal y como estoy hablando— miró con aires de grandeza al traductor. Éste asintió y luego me miró, yo negué con la cabeza. — Ha venido a mí, me ha dicho puta y luego me ha mirado porque estaba con el tío ese de ahí. — y señaló con la cabeza al inglés del principio de la historia. Él no le sonrió.
En ese momento trajeron sillas, yo me senté en la primera y el tío segurata me puso las manos en los hombros… como para levantarme.
A la “Cami” no, a ella le dijeron sentarse y le pusieron más cuidados que yo. Empezó a lloriquear y la tumbaron.
— Y ¿qué pasa?, ¿que yo me tengo que joder con media mano rota? — pregunté al aire.
— Dicen que hasta no saber que ha pasado, nada.
— Vale, muy bien, y ahora soy la mala. — y las lágrimas de rabia volvieron a mí.
Mi mano me dolía a rabiar y empecé a hipar cuando estaba al borde de no poder contener las lágrimas. El chico inglés por el que me había peleado vino a mí, aunque todos le dijeron que qué estaba haciendo. Él dijo: she’s my friend.
— Are you okay? — me preguntó mientras señala la mano.
Yo negué con la cabeza.
— It hurts. — le dije, levantando mi mano que tenía acunada en mi pecho y con la otra mano, la buena. — Do you think that you can bring me some ice?
— I don’t know. — hablada de tal manera que era muy sencillo entenderle. Yo le sonreí era más majo. Y eso que era súper grande, pero era como un niño cuando le mirabas a los ojos. Yo le volví a sonreír. Él me acarició la mano con muchísimo cuidado. — Thanks. You’re a good person.
— You’re welcome but I’m not a good person. Just I did what I had to do. She’s a... — y negué rápidamente con la cabeza e hice una mueca. Él rió. Luego me di cuenta que la mayoría de personas nos estaban mirando sobre todo Harry y una chica a su lado.
El señor que traducía volvió a hablar.
— Dicen que ahora te expliques tú.
Y así lo hice, no pensaba callarme nada.
— Pues… esta persona que tengo al lado, —y la miré con asco. — Él la abrazó y se presentó, pero como ella no sabe tratar con la gente, se empezó a reír…— yo hice fuerza con el puño malo y me quejé a media voz. El chico ingles pidió hielo. Venían de camino. — y yo no pude resistir y le pegué. Sé que no debía de haberlo hecho… ¡pero no visteis como le miró! — intenté levantarme, pero el segurata me lo impidió. Le hicieron una señal cuando me callé y me dejaron levantarme. — él solo pretendía saludarla y ella se mofó de él, y… Me giré a ella. Él es una persona como tú y como yo, y si quieres que te respeten, aprende a respetar a todas las personas de tu alrededor, tanto si son tus criados, tus amigas, tanto falsas como verdaderas que no creo que tengas, como si son gente como él, que son las personas más buenas que te puedes echar a la cara.
Luego me senté y me pasaron el hielo.
En ese momento, cuando el hielo tocó mi piel, grité y del dolor me puse a llorar… y luego de la impotencia.
— What’s up, Natt? — me preguntó el chico inglés. — You’re not okay?
Yo le sonreí a medias.
— Yes, yes… but… I won’t be able to play my guitar… I can’t do anything. I feel… bad. I won’t play anything. — y levanté la mano.
Él la cogió con sumo cuidado y empezó a cantar algo que se parecía a la canción, sana, sanita…. Pero en inglés. Yo empecé a reírme y al cabo de un rato el ambiente ya estaba mejor.
Pero “Cami” tuvo que estropearlo todo.
— ¿No os vais a creer lo que ésta ha dicho? ¡Me ha pegado! ¿¡Así lo vas a dejar?!
Ellos se miraron.
Empezaron a hablar y les hicieron una señal a los guardas para dejarnos libres. Yo me levanté y empecé a hablar con el chico, bueno, me corrijo, con el hombre inglés.
— Can I ask you something? — el asintió. — I wanna know your name.
— I can’t tell you my name.
Él hice un gesto con la cabeza muy mono.
— Well… I have an idea! I call you Sam!
— Sam?
— Yes, Why not? It’s a game. You can call me…
— Sophie!
— Okay, Hi, Sam! I’m Sophie.
— Hi, Sophie! I’m Sam.
Luego de darnos un abrazo, Sam se marchó con una chica. Le daba mucho cariño. Yo sonreí cuando se fueron por la puerta.
Danny habló. Luego el traductor, nos lo dijo en español, aunque yo lo había entendido.
— Dice: ahora vamos a presentarnos y seguiremos el planning del día, por la noche haremos una reunión, y mañana diremos que haremos con vosotras. Ahora podéis iros.
— Thank you. — dije yo, asintiendo con la cabeza. Luego me dirigí al traductor. — ¿puedes decirles algo de mi parte? —él asintió. — Vale, em… Acepto cualquier cosa que me digan, he hecho mal en atizarle un puñetazo, debería de haber sido una colleja o algo… Pero no pienso retirar todo lo que he dicho, sé que tengo razón.
Nos hicieron marcharnos y Ortcher estaba en la puerta esperándome. En cuanto me vio corrió todo lo que le fue permitido por más guardias y cuando nos encontramos nos abrazamos. También habíamos conocido a otra chica de España, una andaluza y ésta también vino, me puso la mano en el hombro y sonrió. Era Alba.
“Cami” fue sola hasta su grupo. Pasaron un poco de ella.
Antes de que cerraran la puerta vi al traductor hablar con ellos y luego se giraron para mirarme. Luego cerraron las puertas.
AVISO
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- MsNathie
- Bueno, que os voy a contar. Soy de España, y me encanta Leer y escribir. Tengo subidos historias por Internet. No soy autora de un gran libro, y de nunguna novela, pero algo ronda por ahí. Bueno, que más deciros. He tenido muchas experiencias, unas buenas y otras malas. He tenido mucha gente a mi lado y gracias a eso he sabido ver en personas lo mucho que pueden cuidar de mi y lo mucho que saben ver en mi. Atentamente, Natt.
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